El domingo 4 de abril de 1847 se inauguraba en Barcelona el Gran Teatre del Liceu, convirtiéndose en el coliseo lírico de referencia del estado español y uno de los más destacados del sur de Europa. 

175 años, una bomba y un devastador incendio después, el famoso teatro se plantea la manera de afrontar los retos del futuro y de acercar a las nuevas generaciones a la ópera.

Si bien las tres primeras centurias estuvieron marcadas por acontecimientos históricos devastadores: sobrevivir a un incendio, a una bomba en su platea, a barricadas y revueltas, a la guerra civil, las dos últimas décadas del siglo XXI han sido las más complicadas, ya que están poniendo a prueba el género de la ópera y la supervivencia de sus teatros.

“En el siglo XXI no puede entenderse que una institución cultural como el Liceu, participada por las administraciones públicas, no tenga la voluntad de transformar al mayor número de personas, y debe hacerlo desde la excelencia artística y llegando por todos los medios al mayor número de personas posible”, comenta el director general del Liceu. Valentí Oviedo, a ‘Ópera Actual’.

Para Oviedo, la identidad del teatro pasa por “impulsar y apoyar proyectos de creadores locales y ser capaces de internacionalizarlos”. 

Para el director artístico del teatro, Víctor Garcia de Gomar, el gran reto es saber qué hay que hacer para adaptar el género de la ópera al siglo XXI.

“Hay que examinar el canon, validar uno nuevo para las frutas generaciones y volver a los orígenes en busca de la chispa que provocó el nacimiento de la ópera y cómo hacerla válida actualmente, teniendo en cuenta que la historia de la Humanidad es mayor que la de la ópera y que, por lo tanto, no podemos dar el género por finalizado”, dijo Garcia de Gomar a ‘Ópera Actual’.

La clave, pues, según Garcia de Gomar, es reelaborar el discurso de la ópera en favor de la conexión con la sociedad con un lenguaje musical que conecte de nuevo con el píublico, “que sea vehículo de emociones, que impacte y que hable de los asuntos relevantes de la sociedad actual”.

Un salto al vacío

Con el objetivo de salir de la zona de confort y conectar con el público actual, el Liceu ha anunciado una programación arriesgada para la nueva temporada 2022/2023 , protagonizada por grandes artistas darán vida a famosos personajes de ópera.

Entre las obras que se representarán en el Liceu durante esta temporada se encuentran algunas tan famosas y reconocidas como ‘Macbeth’ de Verdi, cuyo estreno mundial será en el teatro barcelonés, con una puesta en escena del reconocido artista internacional Jaume Plensa.

También incluirá dos coproducciones del Liceu, ‘Tosca’ de Puccini, dirigida por Rafael R. Villalobos, y ‘Dido & Aeneas’ de Henry Purcell, con una propuesta a camino entre la ópera y la danza.

Ell Gran Teatre también pondrá en escena la obra ‘Alexina B’, una ópera que cuenta la historia de una lucha por la identidad, y ‘Il trittico’ de Puccini, dirigida musicalmente por Susanna Mälkki.

Otra de las novedades será la unión entre el Gran Teatre y la Opéra de París, con intercambio de orquestas incluido. Gustavo Dudamel será el responsable de dirigir la Orquesta de la Opéra de París con la ‘Novena sinfonía’ de Mahler, para abrir la temporada el próximo 20 de septiembre. Por su parte, Josep Pons y la Orquestra del Teatre viajarán a París para interpretar en La Bastille el ‘Castell de Barbablava’ de Bartók con Iréne Theorin y Sir Bryn Terfel.

El Gran Teatre del Liceu se considera uno de los grandes referentes de la ópera del sur de Europa. Construido gracias a la iniciativa y colaboración de la iniciativa privada, en sus 175 años de historia han pasado por su escenario los más grandes intérpretes de todos los tiempos, construyendo una trayectoria memorable que ha sabido superar grandes adversidades, como el devastador incendio que arrasó su interior en 1994. Gracias a los esfuerzos de la sociedad civil, el Liceu fue reconstruido en menos de cinco años y en octubre de 1999 se reinauguraba con la puesta en escena de ‘Turandot’ (Puccini).