El Museo de Historia Natural de Uruguay inauguró ayer su primera sede permanente en una antigua prisión del centro de Montevideo.

El museo había llevado a cabo investigaciones y había organizado exposiciones sobre biodiversidad durante más de 180 años, pero nunca tuvo una locación fija.

Estaba abierto, y también su biblioteca, pero las colecciones científicas sólo estaban disponibles a demanda y también para los investigadores. Por eso la apertura de una sede propia es significativa, según el director del museo, Javier González.

 “Desde el año 2000, momento en que el MNHN debió mudarse de su histórica sede del ala oeste del Teatro Solís, el Museo no posee exposiciones abiertas al público debido a carencias de espacios en su sede”, dice todavía su página web.

Ya no. “Hoy inauguramos la primera parte de la colección del museo, que ya se transfirió a esta sede. Entonces comenzaremos a mudar el resto del material”, dijo González.

Según El País de Uruguay, dos salas de exposiciones están abiertas por ahora. Una está dedicada a la evolución de los dinosaurios hace 70 millones de años en el territorio de lo que hoy es Uruguay, y a la del resto de animales grandes que habitaron esta tierra hace 10,000 años. La otra sala tiene exhibiciones sobre los humedales, las praderas, el mar profundo y los ecosistemas urbanos.

El acervo cultural of the Natural History Museum consta de 400, 000 ejemplares en todas las colecciones científicas 

La prisión de Miguelete abrió en 1888, tuvo reclusos hasta 1986 y funcionó hasta 1998. El edificio remodelado alberga actualmente el Espacio de Arte Contemporáneo. Las dos instituciones comparten ahora los espacios del edificio.

La ministra uruguaya de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, asistió a la inauguración del museo. Se disculpó en nombre del gobierno uruguayo por “no haber tenido la visión de encontrar un espacio mayor para que el museo pudiera crecer”, aunque dijo estar contenta de que “los errores se hayan enmendado”.