El ‘despegue’ de Diana Trujillo, de limpiar aseos en U.S. a liderar una misión en Marte
La vida de esta migrante colombiana hace honor al nombre del Rover de exploración marciana que la NASA lanzó el pasado 30 de julio y en cuyo diseño participó, …
Con 17 años, 300 dólares en el bolsillo y sin hablar inglés, Diana Trujillo abandonó Colombia para ir en busca de un futuro mejor para ella y su mamá. Era el año 2000, George Bush se iba a convertir en presidente de los Estados Unidos y el censo señalaba un incremento colosal de la población latina en el país, aunque la vida de migrantes como Diana seguía siendo tan difícil entonces como ahora.
De niña solía mirar el cielo en la noche estrellada para calmarse en mitad de una situación de “mucha violencia” que vivía el país. Luego de llegar a U.S. siguió con la mirada puesta en esa noche estelar, buscando el modo de ganar algo de plata con trabajos de empleada doméstica. Llegó a tener tres empleos.
“Nunca se me ocurrió en mi vida que yo podría moverme de limpiar casas a llegar a esta situación trabajando con ‘Mars Rover 2020’”, dijo Trujillo a La Opinión.
Sin embargo, dos décadas después de ‘aterrizar’ en los Estados Unidos, la ahora ingeniera aeroespacial lidera el equipo responsable del diseño de un brazo robótico que extrae materiales del planeta rojo y que está integrado en el Rover Perseverance, que la NASA lanzó el pasado 30 de julio y que llegará a Marte a mediados de febrero.
Perseverante como ella, el robot recoge materiales del planeta rojo dentro de esta misión que, según Trujillo, permitirá a la humanidad saber si hubo alguna vez vida en Marte.
“Me siento extremadamente feliz de ser parte de un grupo que puede cambiar la historia”, dijo la colombiana en un vídeo publicado por la NASA.
Pero, ¿cómo pasó Diana Trujillo de una vida difícil como migrante ilegal en el país a convertirse en pionera espacial?
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Diana ahorró durante años para costear sus estudios de ciencias espaciales en la Universidad de Florida, pero gracias a sus buenas calificaciones fue la institución quien se hizo cargo de financiar su carrera.
Tenía un objetivo claro, quería convertirse en astronauta.
“Me dijeron que había una pasantía en la Academia de la NASA. La solicitud era muy larga, no menos de 300 palabras por pregunta. Yo no sabía mucho inglés», explicó la ingeniera a La Opinión.
Diana decidió rendirse, pensó que no la aceptarían porque su inglés no era excelente. Pero un amigo conocedor de sus sueños entró en su computadora y envió la solicitud.
Cosas del destino, Trujillo fue seleccionada para el intership en 2006, y se convirtió en la primera migrante latina en formar parte del programa, lo que la llevó a conocer a astronautas, científicos e incluso estuvo en un lanzamiento de la NASA.
La Misión Curiosity no es sencilla, hay multitud de retos que superar. Pero la vida tampoco lo es y, como el espacio, tiene también sus misterios.
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