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La mayoría de las veces estos misterioso ruidos y objetos que caen al suelo tienen una explicación de lo más lógica. Photo: Poltergeist.
La mayoría de las veces estos misterioso ruidos y objetos que caen al suelo tienen una explicación de lo más lógica. Photo: Poltergeist.

Poltergeist durante la cuarentena, un fenómeno bastante común

¿Por qué hay tantas personas que creen que sus gatos están poseídos o denuncian escuchar ruidos extraños en el interior de sus casas durante el confinamiento?

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Una madrugada de mediados de abril Adrián Gómez despertó pensando que había un terremoto en Los Ángeles. La persiana del cuarto golpeaba insistentemente contra el marco de la ventana cerrada. Ni un soplo de aire, ni un pájaro afuera. Se arrebujó bajo el edredón con una punzada de miedo y, al poco, el ruido paró.

“Me escondí igual que en las películas de terror, porque realmente me asustó”, le explicó a NYT este joven hispano que pasa la cuarentena en su apartamento junto a su pareja y, eso cree él, algo o alguien más.

La intuición de que ni Adrián ni su compañero están solos se ha vuelto una certeza. Porque aquel misterioso temblequeo de la persiana sólo fue el principio; también golpean la puerta de la casa, un repiqueteo constante en la noche. Sólo que no hay nada ni nadie al otro lado. Como tampoco en el piso superior, donde ambos oyen sobre sus cabezas pasos y correteos inexplicables. 

“Soy una persona bastante racional”, recalca este informático de 26 años. “Trato de pensar cuáles son las cosas razonables y tangibles que podrían estar causando esto. Pero cuando no tengo esas respuestas, empiezo a pensar: 'Tal vez esté pasando algo más'”.

La ansiedad y los poltergeist

Adrián Gómez no es la única persona que afirma haber sido testigo de fenómenos inexplicables durante el confinamiento. Expertos parapsicólogos como el médico Manuel Berrocal, antiguo Presidente de la Sociedad Española de Parapsicología, dan buena cuenta del incremento de denuncias de personas que aseguran que en sus hogares se está produciendo algún tipo de actividad paranormal. 

No obstante, la mayoría de las veces estos misterioso ruidos y objetos que caen al suelo tienen una explicación de lo más lógica. 

“Las teorías más recientes sobre el fenómeno poltergeist dicen que no es nada más que una epilepsia descontrolada del lóbulo temporal producto de la ansiedad, sólo que en vez de actuar en el organismo lo hace hacia el exterior”, cuenta Berrocal, quien afirma que la cuarentena ha cambiado la vida de todo el mundo y que se están produciendo muchas situaciones en los hogares que provocan una descarga ansiógena, como problemas internos de las familias e incertidumbre y miedo. Si no hay modo de liberar esa energía a través de la pintura, el deporte e incluso a través de una somatización física, encuentra otra vía de hacerlo.

“Se considera que puede ser por una modificación del campo electromagnético que actúe sobre objetos cercanos. Curiosamente, suele afectar a elementos que tienen un componente metálico, como la porcelana o los mecanismos de una persiana”, dice el científico. 

¿Existen los fantasmas?

Para el doctor Berrocal, la creencia en fantasmas, asociada a nuestro acervo religioso, se algo casi universal. De forma que ante un hecho que no podemos explicar tendemos a echar mano de este tipo de supersticiones, creamos en ellas o no. 

 Sin embargo, desde la década de los 50 hasta los 90’ se realizaron muchos estudios en universidades de primer nivel donde se analizaba, por ejemplo, las coincidencias que existían entre el encefalograma de una persona que estaba sufriendo una de estas crisis “casi epilépticas” y el insólito desplazamiento de un objeto, llegando a trazar una relación de causa-efecto entre ambos fenómenos. 

Otras veces, los supuestos poltergeist ocultan una realidad aún más terrible que escuchar unos pasos o el golpeteo de una puerta en una habitación vacía. 

Fenómenos de liberación

Según el investigador, que estuvo más de treinta años persiguiendo y estudiando los fenómenos poltergeist, de los 200 casos registrados en España desde los años 70 hasta bien entrado el siglo XXI, en todos ellos logró encontrar al presunto “fantasma”.

“Muchas veces tenemos que considerar que este tipo de fenómenos sirven para cubrir otras cosas. Me he encontrado casos incluso de maltrato porque un presunto ‘fantasma’ estaba produciendo que la mujer se golpease, hasta que descubres que es su marido y que ella, al ser incapaz de aceptar su problema, había entrado en el juego. En ocasiones es un niño cuyo hermano está abusando de él y el poltergeist es una forma de recuperar la atención familiar, causar miedo o incluso vengarse”, dice Manuel Berrocal, y añade que estas situaciones de terror cohesionan al un grupo en contra de una amenaza extraña y que si bien pudo haber un primer fenómeno extraño ocasionado por el estrés de la víctima, si se repite mucho en el tiempo o se vuelve muy espectacular es seguro que hay alguien que lo está falsificando

Mi gato está poseído

Hay otros mundos, pero están en tu casa, afirma Berrocal, que señala la cotidianidad que se esconde tras estos insólitos casos supuestamente fantasmales denunciados durante la cuarentena. 

“Hay mucha gente que ha empezado a pensar que sus gatos están poseídos porque comienzan a corretear o hacen cosas que antes no hacían, cuando la realidad es que estos pobres animales tan solitarios están viviendo una ansiedad impresionante porque les han invadido el terreno o están descolocados”, dice Berrocal, a quien le han llegado varias personas preocupadas por el extraño y “demoníaco” comportamiento de sus mascotas.

Los cambios de rutinas también nos han afectado. De repente, hemos pasado de vivir en nuestras casas a estar presos entre cuatro paredes y, en muchos casos, en perpetua compañía de unos hijos o una pareja a los que sólo tratábamos un rato. 

“Me pidieron ayuda porque tenían unos ruidos misteriosos en el cuarto de baño y cuando les convencí para que hablasen con su vecino del piso de arriba, un anciano que pasaba mucho más tiempo que ellos en casa, averiguamos que eran las cañerías”, dice Berrocal. “Estamos descubriendo nuestra casa en muchos aspectos, nos ha dado por empezar a ordenarla, por ejemplo, y si no encontramos un objeto lo primero que pensamos es ‘eh, en esta casa desaparecen cosas…’, cuando a lo mejor es que otro habitante -vivo, no fantasmal- las ha cambiado de sitio”.