
De Portugal a Argentina a bordo de un velero para abrazar a sus padres en tiempos de COVID
Cuando los vuelos fueron cancelados a causa de la pandemia, un hombre argentino tuvo la idea más loca de todas: lanzarse al Atlántico para reunirse con su…
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El argentino, que reside en España, estaba pasando un tiempo en el archipiélago de Madeira cuando se impuso la cuarentena y se cancelaron todos los vuelos, así que ni corto ni perezoso pensó que debía estar junto a sus padres y afrontar con ellos el coronavirus. El problema era que los ancianos vivían en Mar del Plata, en Argentina. ¿Problema? No, se dijo. Y se echó a la mar.
Ballestero cogió los 200 euros que había ahorrado, cargó su velero “Skua” con comida y zarpó de Porto Santo un 24 de marzo. El pasado 18 de junio llegó tras meses de travesía a su ciudad natal. Para ello cruzó el océano Atlántico en una travesía no exenta de peligros, ya que tuvo que hacer frente a temibles tormentas y casi perdió la vida frente a la costa de Brasil cuando los fuertes vientos y el oleaje sacudieron su pequeña embarcación.
"El barco se cayó. No pude ajustar la vela a tiempo. Podría haber perdido el mástil”, le relató a Almudena Calatrava de AP el momento en que la ola le “rozó” desde arriba, a unas 150 millas de Victoria. Entonces tuvo miedo, el peor momento del viaje, dijo. Pero lo superó.
“Vine a mi casa. Es humano”, continuó Ballestero, que ha pescado en Alaska y también en el Atlántico Sur, y ha sido capitán de barcos oceanográficos en busca de ballenas.
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Le hubiera gustado llegar antes del 15 de mayo, para pasar el 90 cumpleaños de su padre con él, pero ya es suficiente reto que llegase a salvo. Además, dijo que estaba bastante seguro de que la pandemia y los cierres iban a seguir vigentes bastante tiempo y no tenía ninguna garantía de poder volver a ver a su familia a menos que tomase riesgos. Una decisión difícil que para alguien experimentado como él no lo fue tanto.
"Ahora estoy tranquilo, anclado aquí en medio de este puerto", afirmó el marino, que debe pasar una cuarentena de 15 días antes de poder abrazar a sus padres, con el velero amarrado a unos 8,8 metros del puerto. "No hay tormenta que me moleste ni barco que me atropelle”.
Ahora espera con ansiedad reunirse con Carlos y Nilda, de 90 y 82 años, y pasar con ellos una buena temporada, ya que ha tenido suficientes emociones y aventuras en alta mar.
"Plantaré un jardín y compraré tres pollos. Pasaré el invierno con los ancianos", concluyó. "Quiero estar con la familia”.
Argentina superó el pasado domingo los mil fallecidos por coronavirus desde el inicio de la pandemia y llegó a los 42.785 contagios, según reportó EFE.
El país continúa confinado, sobre todo en lugares críticos como el Área Metropolitana de Buenos Aires, foco central de la epidemia. El presidente argentino, Alberto Fernández, ha anunciado recientemente que trabaja para extender la cuarentena, ya que aún no se ha llegado al pico de infección. Sin embargo, la fecha aún vigente para el final del confinamiento es el 28 de junio.
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