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Presidente Donald Trump

Una camisa de fuerza para Mr. Trump

Es una gran sensación saber, y recordarles a todos, que en poco más de tres meses, las personas decentes, cuerdas y justas de la nación tendrán la enorme…

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Sí, el 6 de noviembre, el pterodáctilo que ocupa la Casa Blanca puede encontrar sus alas cortadas por votantes deseosos de devolver un mínimo de cordura a la nación después de dos años agotadores de mentiras, demagogia e hipocresía.

Sin embargo, para rescatar lo que pueda quedar de valores fundamentales como la honestidad, la compasión, la justicia y la igualdad ante la ley, es imperativo acudir en masa a votar en las próximas elecciones legislativas. Esa es la única manera de sacar el Congreso de las manos vergonzosamente serviles del Partido Republicano, siempre dispuesto a cumplir las órdenes de su amo sin importar las consecuencias.

La hipocresía es brutal. Un buen ejemplo es el endurecimiento de las relaciones con Cuba anunciado por Trump en un teatro de Miami hace un año con bombos y platillos, y con la presencia del elemento más reaccionario y vil de la comunidad cubanoamericana de Miami.

“Ya no callaremos frente a la opresión comunista”, dijo Trump con la mayor seriedad, criticando el récord de derechos humanos de la isla en un ejemplo claro del pájaro tirándole a la escopeta.

Además, le dijo al grupo de vendepatrias presentes en el teatro Manuel Artime que su objetivo era privar a las fuerzas armadas cubanas del control de la economía y apoyar al incipiente sector privado de la isla. Los EE. UU. “tomarán medidas concretas para garantizar que las inversiones fluyan directamente hacia las personas, para que puedan abrir empresas privadas”, afirmó en Miami.

Lo que el estafador en jefe no explicó fue cómo reducir el número de estadounidenses que viajan a Cuba mediante promulgar regulaciones confusas y crear un clima de temor con los supuestos “ataques sónicos” podría beneficiar a los “cuentapropistas” de la isla, como los cubanos llaman a los dueños de negocios. Después de todo, y no es sorprendente, el éxito de muchas de las nuevas empresas dependía directamente del aumento del turismo en la isla.

Según funcionarios cubanos citados por el Miami Herald, la cantidad de estadounidenses que viajan a la isla -sin contar los cubanoamericanos- cayó un 56,6% durante el primer trimestre de 2018 en comparación con el año pasado. Se dice que el negocio para los empresarios de la isla ha bajado 30 o 40% porque los viajes desde los EE. UU. en general han bajado. Casi se puede oír a los comerciantes cubanos pidiéndole a Trump: ¡No me defiendas compadre!

Sin embargo, dentro de tres meses la hipocresía de este gobierno, su demagogia y crueldad pueden, si no terminarse, al menos contenerse.

Lo que está en juego el 6 de noviembre son los 435 escaños en la Cámara de Representantes, 35 de los 100 escaños en el Senado y 39 gobernaciones, y al elefante en la cristalería que ahora ostenta un poder casi absoluto sobre la nación le preocupa que el Partido Demócrata obtenga el control de la Cámara y el Senado. Esto equivaldría a ponerle la camisa de fuerza que su despreciable comportamiento requiere hasta que finalmente sea expulsado de su cargo en 2020.

¡Qué gran sensación ¿verdad?! Pero recuerde que la única manera de hacerla realidad es votando el 6 de noviembre.

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