[OP-ED]: ¿Trump nos quiere más pobres?
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Para el cineasta de Filadelfia Gilberto Gonzáles, la sola mención del nombre Donald Trump destapa un infierno de insultos incendiarios, que le llevan a citar todos los fracasos del presidente de costa a costa en temas de importancia para los latinos, como la disposición de Trump para desperdiciar millones de dólares en la construcción de un muro fronterizo o su “mal manejo” de las tareas de reconstrucción en Puerto Rico.
“La gente se está muriendo en los hospitales por falta de electricidad”, comentó el cineasta sobre los “fracasos” de la FEMA en Puerto Rico en una entrevista reciente, en la que aprovechó para explicar cómo enviar dinero a los familiares para ayudarles a adquirir alimentos básicos, ya que “la ayuda federal no está llegando”.
Sí. Puede decirse justamente que buena parte de la culpa por la exacerbación de las múltiples miserias de Estados Unidos reside en la indignante ineptitud de Trump.
Sin embargo, no culpen a Trump por las conclusiones a las que llegó un informe publicado la semana pasada, que situaba a los puertorriqueños en el escalón más bajo del pilar económico de Filadelfia.
Un asombroso 67 por ciento de los ciudadanos de Filadelfia de origen puertorriqueño vive en la pobreza, según el estudio publicado por el Philadelphia Research Initiative, vinculado al PEW Research Center. El estudio revelaba otras tristes estadísticas: los latinos son el grupo racial con mayor nivel de pobreza (37.9 por ciento) de Filadelfia. La mitad de los niños latinos de la ciudad viven en la pobreza.
Las políticas impulsadas por Trump - desde los profundos recortes presupuestarios en servicios sociales a los cambios en la ley fiscal para beneficiar a los ricos que los republicanos barajan estos días en el Congreso, definitivamente empeorarán el nivel de pobreza en Filadelfia, el más elevado para los los ciudadanos de raza negra y “marrón” de todas las grandes ciudades de EE.UU.
Los persistentes insultos verbales de Trump y el auge de sus agresivas políticas son motivos suficientes para que Gonzáles y muchos otros sientan que es inadecuado que un partidario de Trump pueda presidir una organización tan vital para la comunidad latina como el Congreso de Latinos Unidos.
Gonzáles figura entre los que exigen la dimisión de Carolina Cabrera-DiGiorgio, seguidora de Trump y CEO de Congreso.
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“Trump ha dado voz al racismo y a los racistas, y esta CEO no ha levantado la voz contra ninguna de las políticas del presidente. ¿Cómo puede representarnos si no nos defiende?”, dijo Gonzáles.
Cabrera-DiGiorgio ha declarado que sus creencias políticas personales no tienen influencia en su trabajo.
Mientras Cabrera-DiGiorgio se ha negado a comentar este tema, Calvin Tucker, otro partidario de Trump, ha afirmado con entusiasmo su convicción de que el presidente “se está moviendo en la dirección correcta” en asuntos económicos y domésticos, cumpliendo las promesas de campaña.
Tucker es el presidente del Consejo Republicano Negro de Pensilvania, una entidad vinculada con el aparato republicano del Estado, presidido por Val DiGiorgio, presidente del Partido Republicano de Pensilvania y marido de la CEO del Congreso.
Tucker trabaja para una organización ubicada en la comunidad del oeste de Filadelfia que brinda asistencia para el desarrollo económico y recursos financieros, programas que podrían salir perjudicados con las propuestas presupuestarias de Trump. Los recortes planeados en el programa federal de Subsidios Globales de Desarrollo Comunitario podrían costar a Filadelfia casi $40 millones en fondos federales según algunas proyecciones. Pero a Tucker esto no le preocupa.
“Soy partidario del acceso. Pero tenemos que hablar sobre lo que es efectivo en todos los ámbitos. ¿Deberíamos depender de la asistencia federal para abordar la pobreza y el desempleo?”, dijo.
Tucker añadió además que no ve la creciente división que muchos le atribuyen a Trump: la gloria aparentemente le impide ver a los niños de Filadelfia languideciendo en la pobreza.
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