La iniciativa de Nueva York debiera servir de ejemplo a otros estados con poblaciones importantes de inmigrantes para adoptar medidas similares que defiendan a su gente contra la represión desatada por la Casa Blanca.

En una decisión sin precedentes, el presupuesto para 2018 del estado de Nueva York destina $10 millones a proveer asistencia legal gratuita a inmigrantes, de los que $4 millones se asignan específicamente para suministrar abogados a todos los inmigrantes en peligro de ser deportados mediante la expansión del Proyecto para la Unidad de las Familias Inmigrantes de Nueva York (NYIFUP) del Instituto Vera para la Justicia.

 “Nueva York es un faro de esperanza y oportunidades para todos, y los inmigrantes han sido siempre parte del tejido social de este gran estado”, manifestó el gobernador Andrew Cuomo. “Durante estos tiempos tormentosos, es crítico que todos los neoyorquinos tengan acceso a todos sus derechos bajo la ley.”

Los inmigrantes de bajos recursos detenidos, a diferencia del resto de la población, no tienen derecho a un defensor público, lo cual hace mucho más importante la iniciativa tomada en Nueva York. Según el Instituto Vera, solo el 3% de los inmigrantes detenidos que no cuentan con un abogado, evitan la deportación, pero al proveerles defensores públicos sus oportunidades de ganar y permanecer en EE. UU. aumentan hasta 1000%.

“Todos los neoyorquinos merecen una oportunidad justa en la corte, y estos fondos van a ayudar a que miles de familias inmigrantes reciban un juicio justo y la oportunidad de permanecer juntos”, señaló Oren Root, director del Centro Vera de Inmigración y Justicia.

El proyecto ofrecerá representación legal y asistencia para completar los requisitos para la residencia permanente y en procedimientos de deportación, y facilitará la creación de planes de emergencia para padres en peligro de ser deportados o detenidos.

 “Estos son tiempos sin precedente y reclaman medidas visionarias como el programa de NYIFUP”, afirmó Ángela Fernández, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos de los Inmigrantes del Norte de Manhattan, uno de los grupos que conforman la coalición. “Y en estos momentos en que más y más madres, padres, hermanas y hermanos de nuestras comunidades son víctimas de un creciente sistema de detenciones y deportaciones, los funcionarios electos de Nueva York están haciendo lo correcto al proveer asistencia legal a los inmigrantes pobres detenidos mediante este innovador programa”.

Sin duda, estos son tiempos muy duros para los inmigrantes y esta es una medida que vale la pena que sea imitada en otros estados. DE hecho, ya varios otros estados y ciudades, incluyendo Los Ángeles, San Francisco, Chicago, Washington, D.C., y California también se preparan a resistir la política xenofóbica de Donald Trump poniendo en práctica medidas similares a la adoptada en Nueva York.

Resistir es la palabra de orden.