[OP-ED]: ¿Es demasiado pedir que el presidente de uno encare el asunto de la inmigración con honestidad?
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Quiero un presidente que tenga la integridad necesaria para asumir la responsabilidad de sus actos. Y si eso significa deportar a individuos que están en el país ilegalmente--incluso si son inofensivos, productivos y beneficiosos para la sociedad--entonces quiero que lo reconozca, que lo admita y no intente disfrazarlo.
Busco un presidente que--en lugar de fingir que es una persona mejor de lo que realmente es, cuando afirma que sólo expulsa a “pandilleros” y “hombres malos”--diga: “Es cierto. Deporto a individuos que cosechan fruta y cuidan de sus hijos, el tipo de no-delincuentes que no hace daño a nadie. Están aquí ilegalmente, y estoy imponiendo la ley. Acéptenlo.”
No aguanto más a supuestos virtuosos, mentirosos y farsantes. Todos crean su propia realidad. Ellos son los santos, todo el que está en desacuerdo con ellos es un pecador.
Ya si el presidente Obama deportó o no a Soñadores mientras decía que no lo estaba haciendo, o si expulsó o no a vendedores de tamales que no tenían licencia para vender, o si envió o no a casas de acogida a los hijos estadounidenses de deportados, o si mandó o no a refugiados de América Central--principalmente mujeres y niños--a centros de detención sin acceso a asesoría legal, fue horrendo en inmigración. Mientras todo eso sucedía, no pareció importarle a la mayoría de sus seguidores. Hasta el día de hoy, aún creen la propaganda revisionista de que sólo fueron expulsados los delincuentes empedernidos. Sólo una cosa dice que no fue así: la memoria.
Los republicanos no son mejores. Incluso después de que el secretario de Seguridad del Territorio, John Kelly, firmara memorandos que declaran esencialmente que todo el que esté en el país ilegalmente puede ser deportado, los partidarios de Trump aún afirmaron que las mucamas, jardineros y otros trabajadores domésticos estarían seguros. ¿De verdad? ¿Basándose en qué pruebas?
Y esto es lo más mortificante: Muchos de esos demócratas ciegamente leales, que siempre perdonaron a Obama mientras enviaba inmigrantes fuera del país con más rapidez que FedEx y aun lo siguen perdonando al reescribir la historia, han vuelto a descubrir su indignación liberal. Y saben a quién dirigirla--al presidente Trump y su gobierno.
Después de que Kelly confirmó que estaba considerando un plan para separar a las mujeres y los niños que cruzan ilegalmente la frontera mexicano-americana para disuadir a los padres de emprender ese viaje, los leales a Obama echaron chispas y preguntaron: ¿Quién sería tan cruel para separar familias?
¿Quieren decir, además del presidente demócrata al que ustedes votaron en dos ocasiones? Obama no rompió familias en la frontera. Les permitió primero instalarse en el interior. Después las rompió.
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Un amigo de Facebook, un estratega demócrata, declaró que su corazón estaba en añicos: “¿Qué tipo de ser humano acecha y daña el alma y la psiquis y la autoestima de los niños? ¿De los sin voz? ¿De los que no tienen poder?” A los partidarios de Trump les dijo: “Todos ustedes deberían avergonzarse, y, si hay un infierno, habrá un lugar especial esperando a muchos de ustedes.” Terminó su nota implorando: “¡PAREN EL ODIO!”
Otro amigo de Facebook, que trabajó para el gobierno de Obama, declaró que el equipo de Trump era “corrupto, cruel, racista y como dicen en español sinvergüenzas [sic en el original].” Después agregó: “Pocas veces digo odio, pero ODIO este gobierno” al que llamó “espectáculo de feria” lleno de “despiadados demagogos que inician un capítulo horriblemente oscuro de nuestra historia.”
Pero mi respuesta favorita fue la de Thomas Perez, el ex secretario de Trabajo y recientemente electo presidente del Comité Demócrata Nacional. Cuando se aprehendió a una joven después de que se reveló que era indocumentada, Perez mandó un tweet: “La arrestaron después de hablar a los medios y ahora la deportarán sin una audiencia. Estos no son los Estados Unidos.”
A lo que yo respondería:
“Estimado Sr. Pérez, alguien no estuvo prestando atención. Usted es un farsante y un partidista de pacotilla. Siento que los recientes acontecimientos en Trump Landia lo hayan despertado de su sueño. Pero, estos son los Estados Unidos y--en los últimos ocho años--han sido los Estados Unidos. Bajo el gobierno de Obama en el que usted sirvió--incluyendo, irónicamente un desempeño breve como asistente al Fiscal General en derechos civiles--este tipo de historia de terror ocurrió casi 3 millones de veces. Eso no es culpa de Trump. Es culpa de ustedes.”
Es culpa de todos ustedes. Todos los que se quedaron callados en los últimos ocho años, ¿por qué no siguen usando el mismo enfoque?
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