[OP-ED]: El error de Trump sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
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Se supone que debemos sentirnos especialmente agraviados por el hecho de que México tiene habitualmente un considerable exceso con nosotros, 63.200 millones de dólares en productos en 2016, según cifras del Departamento de Comercio. Eso muestra, como dijo el presidente repetidamente, que los funcionarios de comercio de Estados Unidos negociaron un tratado negativo para las empresas y los trabajadores norteamericanos. Trump prometió mejorarlo considerablemente.
Será difícil.
La teoría de comercio internacional supone que los diversos países se especializan en productos y servicios con respecto a los cuales tienen una ventaja relativa. Sobre una base global, el comercio debe balancearse; las importaciones de un país son las exportaciones de otro. Pero algunos países tienen excedentes y otros tienen déficits, dependiendo de sus circunstancias e historias individuales.
Si todos los países intentaran balancear su comercio con todos los demás países, el comercio global se derrumbaría. Sería demasiado difícil emparejar la capacidad de exportación de cada nación con las necesidades de importación de todas las naciones. “Hasta China, con sus grandes excedentes [comerciales] globales, tiene déficits con un gran número de países que producen productos primarios (Arabia Saudí por petróleo, Australia por hierro, etc.)”, escribe el economista C. Fred Bergsten, del Peterson Institute for International Economics, en un nuevo estudio.
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Los economistas generalmente descuentan la importancia de los balances comerciales bilaterales (es decir, balances entre dos países) y se centran en el efecto general del comercio en un país. Es interesante que México y Canadá demuestran ese punto.
Dada toda la retórica nacionalista sobre prácticas comerciales injustas, podría esperarse que México y Canadá tuvieran enormes excedentes comerciales globales. Pero no es así, dice Bergsten.
En verdad, como porción de sus economías (producto bruto interno, o PBI), México y Canadá tienen déficits comerciales mayores que Estados Unidos, señala. En 2016, el déficit de cuenta corriente de Estados Unidos representó un 2,6 por ciento del PBI comparado con los déficits de cuenta corriente de un 3,3 por ciento del PBI para Canadá y un 2,7 por ciento del PBI para México. (La cuenta corriente es una medida amplia del comercio.)
Además, los desequilibrios comerciales dentro del TLCAN no son tan grandes como parecen. Es cierto—como se señaló—que Estados Unidos tiene un déficit de 63.200 millones de dólares en el comercio de productos (automóviles, computadoras, plásticos) con México. Pero el excedente de Estados Unidos en servicios (viajes, transporte, consultorías) fue de 7.600 millones de dólares, lo que redujo el déficit total con México a 55.600 millones de dólares. Sobre la misma base, cubriendo productos y servicios, Estados Unidos tuvo un excedente comercial de 12.500 millones de dólares con Canadá en 2016.
Así pues, el déficit comercial total con Canadá y México fue de 43.100 millones de dólares (55.600 millones de dólares menos 12.500 millones de dólares). Todo el comercio—exportaciones e importaciones—entre Estados Unidos y Canadá y México, sumó 1,207 billones de dólares en 2016. Nuestro déficit neto representó un 3,5 por ciento del comercio total y alrededor de dos décimos de un 1 por ciento del PBI de Estados Unidos. No parece nada aplastante.
En ese contexto, la noción de que Canadá o México vayan a ofrecer a Estados Unidos vastos mercados nuevos en sus países—sin concesiones correspondientes de Estados Unidos—parece una expresión de deseos. “El gobierno parece percibir a México y quizás a Canadá como países de excedentes,” escribe Bergsten, “mientras que ellos se ven a sí mismos (más correctamente) como países de déficits,” que buscan aumentar sus exportaciones o reducir sus importaciones. Ése es el error de Trump.
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