[OP-ED]: Al hablar de la inmigración ilegal, tal vez usted sea racista si...
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No se enterarán de eso escuchando las discusiones de los programas de radio conservadores. O, como yo los llamo, “Inmigración para Tontos”.
Por ejemplo, muchos locutores de radio de derecha niegan la realidad y afirman que no tienen absolutamente ninguna idea de por qué se etiquetó al Partido Republicano como “racista”. Suponen que es simplemente porque quieren detener la inmigración ilegal, la mayor parte de la cual proviene de México y América Latina. Es como si los republicanos estuvieran tranquilamente tomando té en el banquete de celebración del partido y apareciera un extraño que les colgaba un cartel con esa horrible palabra. No se merecen ser endilgados con ese título, dicen los locutores.
Pero, por favor. Digamos las cosas como son. Los republicanos siempre están predicando que debemos asumir la responsabilidad de nuestros actos, así es que es justo que reconozcan las cosas ofensivas que han dicho o hecho con el correr de los años cuando se trata de inmigrantes—tanto legales como ilegales.
Recientemente, un lector defendió al presidente Trump por dividir familias por medio de las deportaciones y después me advirtió: “Por favor, no me responda si me va a llamar racista”.
No era mi plan. Hablando en forma general, la etiqueta de racista se aplica si uno no puede hablar del asunto de la inmigración sin utilizar uno de las siguientes vocablos: peligroso, defectuoso, contagioso, dañado o perjudicial para la sociedad.
Por ejemplo, no hay nada malo en que un candidato a la presidencia destaque la seguridad fronteriza como una parte importante de su campaña.
Pero tal vez usted sea racista, si dice algo así como: “Cuando México envía a sus habitantes, no envía a los mejores. ... Envían individuos que tienen muchos problemas, y nos traen esos problemas a nosotros. Traen drogas. Traen delincuencia. Son violadores.”
Un miembro del Congreso es libre de especular cómo se verá el Estados Unidos del mañana considerando todos los cambios demográficos.
Pero tal vez usted sea racista si, como el representante Steve King, republicano por Iowa, usted dice que no le preocupa que los blancos se conviertan en minoría porque “los hispanos y los negros estarán luchando entre ellos antes de que eso ocurra.”
No hay problema si, como lector, usted envía un mensaje a un columnista mexicano-americana diciendo que Trump debe deportar a todos los inmigrantes ilegales.
Pero tal vez usted sea racista, si hace juicios de valor y declara que quiere que se lleven a esos individuos por los “mexicanos son tan CERDOS”.
Es comprensible que uno se preocupe por la carga que impone la inmigración al medio ambiente, los recursos, la infraestructura y los programas.
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Pero tal vez usted sea racista, si afirma que los “mexicanos nos destruirán solo por estar aquí.”
Es parte de la profesión del columnista que alguien no esté de acuerdo con lo que escribió.
Pero tal vez usted sea sea racista, si le dice que “se vaya de aquí de una [palabrota] vez y vuelva a sus ladrones drogados del mundo”.
Es aceptable que usted sea un funcionario electo que siente pasión por cerrar una frontera porosa y arreglar un sistema migratorio fallido.
Pero tal vez usted sea racista, si compara a los inmigrantes con--éstas son citas reales--vacas, ratas, perros, saltamontes, cucarachas o ganado.
Los estadounidense deben poder sostener una discusión real sobre si el exceso de inmigración causa superpoblación.
Pero tal vez usted sea racista, si expresa en forma insultante que la presunta promiscuidad de las latinas produce tasas de reproducción más altas.
Finalmente, es natural sentir ira por delitos horrendos que cometen inmigrantes ilegales que no deben estar en el país. El desgarrador caso de una muchacha de 14 años de Rockville, Maryland, que fue presuntamente atacada por dos estudiantes mayores que ella, que están aquí ilegalmente, es sólo un ejemplo reciente.
Pero tal vez usted sea racista, si utiliza tragedias como ésta para hacer generalizaciones sobre grupos enteros de gente, y convertir a todos los inmigrantes ilegales de este país en “Willie Hortons”, individuos que son una amenaza para la sociedad y que están inclinados a la violencia y predispuestos a realizar actividades criminales--aun cuando muchos estadounidenses continuamos invitando a estos brutos a nuestros hogares para que críen a nuestros hijos mientras nosotros trabajamos.
En el debate de la inmigración, a uno no lo llaman racista por accidente. Hay que esforzarse para eso. Lamentablemente, mucho estadounidenses lo logran.
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