[OP-ED]: Los Soñadores, batalladores y francos, son verdaderos estadounidenses
Los defensores de los derechos de los inmigrantes siempre han dicho que los Soñadores merecen tener una voz sobre su propio destino.
Definitivamente, puedo ver el valor de esa idea—ahora que un grupo de esos jóvenes indocumentados utilizó su voz para callar a Nancy Pelosi.
Soñadores airados se enfrentaron con la líder de la minoría de la Cámara, el lunes, en su propia ciudad de San Francisco, por reunirse en privado con el presidente Trump y presuntamente llegar a un acuerdo para protegerlos de la deportación. A cambio de eso, los demócratas apoyarían algo por lo que vienen votando desde hace mucho: la seguridad fronteriza, en la medida en que se deseche la idea del muro.
El martes temprano por la mañana, mi celular sonó. Mi padre se había encontrado, mientras leía el diario, con un artículo sobre el funesto encuentro de Pelosi con los Soñadores. Por ser un demócrata de toda la vida, estaba confundido.
“¿Si Pelosi está tratando de protegerlos y de hallar una manera para que se queden, por qué protestan contra ella?”, preguntó.
Apuesto que muchos—en ambos partidos—se hacen la misma pregunta.
Les diré lo que le dije a mi padre. Si se observa un video del enfrentamiento, está bastante claro que a los Soñadores les preocupa que Pelosi—a quien se veía bastante sacudida por el incidente—está lista para venderlos, en uno de esos tratos a puertas cerradas por los que Washington es famoso. Piensan que ella es una falsa, a quien no le importa lo que les suceda a ellos. La llaman mentirosa y la acusan de no haber hecho lo suficiente para concederles categoría legal cuando tenía el martillo.
Pelosi fue presidenta de la Cámara de 2007 a 2011 e intencionalmente mantuvo la reforma migratoria integral fuera del orden del día con la asistencia de su principal lugarteniente, Rahm Emanuel, miembro del Congreso hasta 2009 y ahora alcalde de Chicago.
Emanuel—que tildó el asunto de la inmigración como “fulminante” en la política de Estados Unidos—reconoció que llevar el tema a la sala dividiría la coalición demócrata entre los latinos que quieren una categoría legal para los indocumentados y miembros blancos de los sindicatos, preocupados de que esa medida aumente la competencia por puestos de trabajo. También inquietaba a Emanuel que obligar a votar sobre el asunto pusiera entre la espada y la pared a esos demócratas conservadores blancos que él había reclutado.
Todo lo que saben los Soñadores es que Pelosi y el Partido Demócrata los traicionaron, y que ahora están tapando esa traición, utilizando a Trump como el ogro. Saben que Pelosi podría haberles ahorrado la terrible situación en que están ahora que Trump rescindió la Acción Diferida para los que Llegaron de Niños (DACA, por sus siglas en inglés) y los dejó vulnerables a la deportación. También saben que la líder demócrata no tiene credibilidad en cuanto a las deportaciones, ya que no hizo nada mientras el gobierno de Obama llevaba a cabo un número récord de deportaciones como deportador en jefe.
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Hay que sacarse el sombrero ante estos muchachos. Quizás no sean residentes estadounidenses legales, pero demostraron evaluar el carácter de un individuo admirablemente. Debido a su precaria categoría legal, también siguen de cerca el debate migratorio. Así es que en esta versión legislativa de un truco de cartas, no permiten que la prestidigitación de los demócratas los engañe y parecen siempre saber dónde está la carta importante.
Estos jóvenes comprendieron lo que a veces se les escapa a muchos partidarios de la izquierda pro-inmigrante: los demócratas no se portaron bien con los Soñadores. No fue un descuido. No es que a los demócratas les faltaran los votos o que tuvieran otras prioridades legislativas. En lugar de eso, fue un cálculo deliberado por parte del Partido Demócrata, que no podía darse el lujo de adoptar a los Soñadores y ser tildado como partido de la “amnistía”. Para decirlo simplemente, los demócratas podrían haber sido líderes en inmigración, pero no tuvieron el valor necesario.
Pelosi y Emanuel no son los únicos culpables de jugar con este delicado asunto. Barack Obama, Hillary Clinton, Harry Reid y Chuck Schumer también fallaron la prueba del liderazgo.
Cuando expliqué todo esto a mi papá, apreció más a los Soñadores. Estos agitadores poseen un sano escepticismo del que su generación de demócratas latinos careció.
“Lo que estás diciendo es que son listos,” dijo.
Sí, eso es lo que digo. Y ése es otro motivo para hacer todo lo posible para que sigan en este país, único hogar que han conocido. También constituye una prueba bastante sólida de que los conservadores están equivocados si piensan que los Soñadores son demócratas futuros.
Irritables. Francos. Tenaces. Independientes en la forma de pensar. Con solo una pizca de sentido de derecho.
¿Cómo se llama a gente así? Respuesta: Estadounidenses.
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