Otro Discurso del Estado de la Unión Minado de Gestos y Conflictos
El tercer discurso del Estado de la Unión del Presidente Donald J. Trump ha sido el más tenso hasta el momento, entre marcadas ausencias y un gran elefante…
El día martes, los susurros sobre el impeachment del presidente Donald Trump ambientaban los pasillos del Capitolio mientras el país se preparaba para escuchar el Discurso del Estado de la Unión.
Entre cánticos de “cuatro años más”, la tribu republicana recibió de brazos abiertos a un presidente hallado culpable de haber abusado de su poder y obstruido el Congreso, dando por sentada su decisión de declararle “no culpable”, a pesar de la transparencia de la evidencia.
“Hace tres años, lanzamos el gran regreso americano”, dijo Trump al abrir su discurso. “Esta noche me presento ante ustedes para compartir los increíbles resultados. Los empleos están en auge. Los ingresos se están disparando. La pobreza está cayendo en picado. El crimen está cayendo. La confianza está aumentando. Y nuestro país está prosperando y es muy respetado de nuevo.”
Haciendo un énfasis exagerado en logros poco comprobables, el presidente parecía estar hablando en un mitin político, más allá de realmente hablar de lo que sucede en el país.
Entre cifras económicas heredadas de la Administración Obama y una tasa de desempleo que comienza a decrecer, el presidente hizo observaciones como: “Bajo mi administración, 7 millones de estadounidenses han abandonado los cupones alimenticios”, cuando lo que realmente sucedió fue que su gobierno recrudeció las reglas de acceso a las ayudas sociales.
A la hora de hablar de la comunidad inmigrante, Trump recurrió a uno de sus comodines de campaña favoritos y culpabilizó a varias ciudades en el país de “proveer santuario a extranjeros criminales ilegales”.
“En las ciudades santuario, los funcionarios locales ordenan a la policía que libere a los criminales peligrosos para que se aprovechen del público, en lugar de entregarlos al ICE para que sean retirados de forma segura”, aseguró, tergiversando los mecanismos de protección a inmigrantes indocumentados implementados en dichas ciudades.
A pesar de que varios de sus puntos estuvieron cerca de la verdad –como el éxito del acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá, o la muerte del líder de ISIS, Al-Baghdadi– el chequeo de los hechos en su discurso por parte de los medios nacionales determinó que gran parte de su discurso era engañoso o le faltaba contexto.
“El presidente Donald Trump hizo una sorprendente aseveración el lunes,” dijo la Associated Press, “insistiendo en que fue él quien aseguró que las personas con problemas médicos preexistentes siempre estarán cubiertas por el seguro médico."
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"No fue él," agrega el medio.
"También se quejó de nuevo de que los demócratas no le permitieron enviar abogados a la investigación de la impugnación. Lo contrario es cierto: Los demócratas lo invitaron a enviar abogados a la investigación y él dijo que no.”
No es de extrañar, entonces, que la presidenta de la Cámara de Representantes haya vuelto a aprovechar el foco de las cámaras para hacer de su gestualidad un mensaje inconfundible.
Frente a la mirada de todo el Congreso y de millones de estadounidenses, la representante demócrata de California rompió en dos su copia del discurso del presidente, argumentando posteriormente que se trataba de “un manifiesto de falsedades”.
El Presidente, por su parte, habría demostrado la temperatura de las relaciones entre ambos al negarse a apretar la mano de la presidenta al llegar al podio.
“Siempre tendemos una mano de amistad”, dijo Pelosi al ser interpelada por periodistas sobre el gesto presidencial. “Si él la rechaza, es su decisión”.
Según reportó Newsweek, Pelosi añadió esperar que el presidente no dé otro discurso el año que viene.
“Esperamos que sea otro presidente, dentro de nueve meses”, aseguró.
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