Su primera participación internacional en 1996 se saldó con una meritoria presencia en los cuartos de final de la Eurocopa celebrada en Inglaterra. Dos años más tarde, los croatas sorprendieron a propios y a extraños en el Mundial de Francia, terminando en la tercera posición, tras dejar en el camino a potentes conjuntos, como Alemania, a quien doblegaron en los cuartos de final por un contundente 3-0.

Croacia solo sucumbió en la semifinal frente al anfitrión, en un duro partido que los franceses remontaron para acabar ganando 2-1. El cuadro croata estaba lleno de inspiración. Su estilo de juego alegre, mediterráneo, cautivó al planeta. En aquel equipo destacaba la solidez en la banda izquierda aportada por Robert Jarni, la dirección del centro del campo que ejercía Rober Prosinecki y, sobre todo, la habilidad goleadora de Davor Suker, estrella del Real Madrid, que culminó aquella Copa del Mundo como máximo realizador del torneo, con seis goles.

Tras aquel enorme éxito, los croatas han estado presentes en prácticamente todas las citas del soccer internacional. La habilidad que han tenido para clasificarse a las justas finales no les ha ayudado en las fases definitivas, donde la suerte les ha sido esquiva. Sin embargo, sus futbolistas siguen siendo piezas clave en el engranaje de los clubes más potentes del Viejo Continente.

En la actualidad la tónica sigue siendo la misma. Dos futbolistas croatas brillan en el centro del campo de los dos equipos más fuertes de España. Mientras Luka Modric es el cerebro de la línea medular del Real Madrid, Ivan Rakitic, también es un futbolista fundamental para el FC Barcelona, donde realiza un trabajo oscuro que permite lucir aún más a Leo Messi. Pero la magia croata no se queda solo en Modric y Rakitic.

Mario Mandzukic es uno de los delanteros más destacados de la Juventus de Turín, la mejor escuadra del soccer italiano. La dureza de Mandzukic le permite actuar como ariete, pero también apoyar a sus compañeros en labores defensivas. Otro jugador que quizá pasa desapercibido, pero cuya participación en su club es vital es Ivan Perisic, dueño de la banda izquierda en el Inter de Milán.

Gran parte de la mejoría que ha tenido el club de la Lombardía en los últimos tiempos es debido a la participación de Perisic, quien puede actuar como extremo o hasta como lateral en una defensa de cinco hombres.

Otro pilar de la selección croata en los últimos años ha sido su más reciente capitán, Darijo Srna, experimentado lateral, santo y seña del Shaktar Donetsk de Ucrania. A sus 35 años, Serna, campeón de la UEFA con el club ucraniano en 2009, sigue siendo un peligro entrenando por la banda derecha.

Después de concluir en la segunda posición en el Grupo I, clasificatorio para Rusia 2018, por detrás de Islandia, Croacia se juega el derecho de participar en su quinta Copa del Mundo en veinte años, ante Grecia, en una eliminatoria ida y vuelta. Ayer, desplegando su mejor juego imaginativo y su genialidad, los croatas obtuvieron en Zagreb una contundente victoria, 4-1, con goles de Modric, Nikola Kalnic, Perisic y Andrej Kramaric.

El domingo, el equipo entrenado por el estratega, Zlatko Dalic, saldrá al complicado campo de Atenas con un margen de tres tantos, el cual parece más que suficiente para sellar el billete para Rusia 2018. Los amantes de este deporte confiamos en que los croatas vuelvan a disputar la Copa del Mundo. Pocos equipos aportan la constelación de estrellas y la dosis de buen fútbol que ostenta este combinado al que auguro una mejor suerte en el Mundial que la que ha tenido en sus últimas participaciones.