Fue en Grecia, hace más de 25 siglos, en los rocosas montañas de Atenas, que surgió una nueva idea: Demokratia. Puede que hoy en día sea difícil tener fe en ella, p ero lo que significa es que somos ciudadanos, no sirvientes, sino administradores de nuestras propias sociedades. La democracia está viva y en buen estado, no importa la discordia o las amenazas de aquellos que trafican en el temor.

Fue a este “pequeño, gran mundo” - Grecia - que el presidente Barack Obama viajó en su último peregrinaje como jefe de estado. Obama quería celebrar lo que el aun cree es el alma de los Estados Unidos - la democracia - muy a pesar de la victoria de Donald Trump. 

“Todavía creo que el deseo fundamental es de tener control sobre nuestras vidas, nuestro futuro y nuestra nación. Estas añoranzas son universales. Arden en el corazón de cada ser humano. Por eso es que el puesto más importante en cualquier país no es presidente o primer ministro. El puesto más importante es el de ciudadano”, dijo Obama.

“La creencia de la igualdad ante la ley - no para unos cuantos, si no para muchos; no solo para la mayoría, sino también para la mayoría”, dijo.

Es por ello que los inmigrantes se sacrifican. Esta libertad, esta democracia - el corazón y el alma de lo que inicialmente se concibió como estos Estados Unidos de América. El derecho a ser ciudadano.

Junio es el mes de la Herencia de Inmigrantes aquí. Parece raro que se celebre en una nación que actualmente menosprecia y deshumaniza a los mismos.

Sin embargo, debemos celebrarlo, porque los pocos nunca podrán destruir completamente lo que han construido muchos - quien - a su vez - se han convertido en uno.

E Pluribus Unum - una nación de inmigrantes. Esto nunca cambiara. Esta nación aún es el Coloso Nuevo que nos muestra el camino a la libertad a través de una puerta dorada.