La venganza de Trump: cómo el aftermath del impeachment demuestra que el presidente no aprendió ninguna lección
Tras el fin del proceso de destitución, el presidente estadounidense parece tomarse en serio su capacidad –y la de sus amigos– de estar por encima de la ley.
Tan sólo horas después de que el Senado de mayoría Republicana anunciara sus votos a favor de la absolución del presidente Donald Trump en cargos de abuso de poder y obstrucción del Congreso, el mandatario recurrió a redes sociales para advertir las consecuencias de su nuevo poder.
El presidente dio inicio a lo que los medios han llamado “una purga” entre quienes testificaron en su contra.
La Casa Blanca anunció el despido del Embajador ante la Unión Europea Gordon Sondland y el del Teniente General Alexander Vindman, dos de los testigos más importantes en la investigación de la Cámara de Representantes.
Según reportó Politico, los despidos se produjeron “en medio de una promesa de ‘venganza’ por parte de los funcionarios de la Casa Blanca”, animados por mensajes y declaraciones agresivas del presidente tanto en redes sociales como frente a los medios.
Otra de sus víctimas fueron los Senadores Mitt Romney y Joe Manchin, únicos republicanos en votar en su contra.
La ex enviada de los Estados Unidos a Ucrania, Marie Yovanovitch, su colega Bill Taylor, el ex jefe del Departamento de Estado Michael McKinley, Kurt Volker y Tim Morrison también abandonaron sus cargos durante el proceso.
Pero mientras sus enemigos caen uno a uno, sus aliados desafían los límites de la justicia en el país.
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Tras el impeachment del presidente, Trump decidió abogar por el perdón de su asesor personal y asesor político de la era Nixon, Roger Stone, quien fue hallado culpable de siete cargos, incluyendo obstrucción del Congreso, durante la investigación Mueller.
Si bien la campaña Trump supuestamente despidió a Stone en el 2015 de su puesto de asesor, sus declaraciones sobre la filtración de los correos de Hillary Clinton por Wikileaks le puso en la mira de la investigación sobre la injerencia Rusa.
Los fiscales encargados del caso pidieron al juez federal que sentenciara a Stone de siete a nueve años por sus crímenes, según reportó CNN, pero el día martes el Departamento de Justicia intervino pidiendo “mucho menos tiempo de prisión”.
La Casa Blanca ha asegurado que el presidente no tuvo nada que ver con la recomendación del Departamento de Justicia, pero unir los puntos desde la absolución sin testigos ni evidencia del impeachment hasta la sugerencia de un simbólico perdón a Stone no es tan difícil.
En el suelo del Senado, el líder de la minoría demócrata Chuck Schumer dijo:
“El presidente hizo campaña contra el ‘pantano’ en Washington, un lugar donde el juego es amañado por los poderosos para beneficiarse personalmente. Pregunto ahora a mis compatriotas: ¿Qué es más pantanoso, qué es más fétido, qué es más apestoso que el hecho de que la persona más poderosa de nuestro país está literalmente cambiando las reglas para beneficiar a un compinche culpable de violar la ley?”
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