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 ¡A veces la gente se pasa un poco!  Foto: LBW
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[OP-ED]: ¿Última llamada para las “Stop&Go” en Filadelfia?

La plaga de las tiendad ‘stop-and-go’ lleva afectando demasiado tiempo a muchas comunidades de Filadelfia. 

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Tiendas ‘stop-and-go’.

Delis de venta de cerveza.

Cantinas que venden caramelos para niños. 

‘Stop-and-go’ es el nombre que todo el mundo en Filadelfia utiliza para referirse a estos establecimientos de venta ambulante de bebidas y snacks, ubicados principalmente en vecindarios no negros, y que a menudo son un imán de disturbios y altercados. 

 “Delis de venta de cerveza” (Beer Delis) es el nombre que prefieren usar los operadores de estos negocios para sus establecimientos, en parte, creo, para defenderse de forma engañosa de las críticas que les llueven por violar la legislación sobre venta de alcohol del estado de Pensilvania. 

“Cantinas que venden caramelos para niños” es el nombre que uso yo (y que tal vez yo mismo inventé), para referirme a estos establecimientos, que en su mayoría se parecen mucho a las viejas cantinas del Oeste Salvaje –con armas de fuego incluidas– y en realidad son bares que venden caramelos para niños.

Legalmente, muchos de estos establecimientos pueden vender cerveza, porque los dueños están en posesión de la licencia R de venta de alcohol. Según la normativa de las licencias R de la Unidad de Control de Venta de Alcohol de la Policía de Pensilvania –organismo responsable de que se cumpla la ley en el Estado–,  las licencias R se otorgan normalmente a locales conocidos como “bares o tabernas”. 

De acuerdo con dicha normativa, pues, en los establecimientos con licencia de venta de alcohol R “no pueden entrar menores, a menos que lo hagan acompañados de su padre, madre o tutor legal”.

Por lo tanto, los operadores ‘stop-and-go’ que venden snacks o cualquier otro producto a niños están violando la ley de venta de alcohol del estado. 

Las licencias R, de hecho, también prohiben a las Stop&Go tener empleados menores de 18 años que vendan o manipulen bebidas alcohólicas. 

Por otro lado, la normativa de las licencias R prohíbe la venta de cualquier bebida alcohólica, incluyendo cerveza, a “personas menores de 21 años” –otra queja constante contra los puestos ‘stop-and-go’– . Por último, la licencia R prohíbe “la venta y consumo de drogas dentro del establecimiento”. 

En su defensa, las ‘stop-and-go’  reclaman que sus establecimientos son ‘cervecerías’ - y no bares con licencia R -, basándose en el hecho de que existen las llamadas licencias E. 

Las licencias E,  menos numerosas que las licencias R, se aplican específicamente a lo que la Policía Estatal define como “una tienda delicatessen o comercio de esquina”.

Sin embargo, las licencias E, como las licencias R, también prohíben la entrada de menores en el establecimiento sin el acompañamiento de un adulto. 

Las ‘stop-and-go’  deberían tener en cuenta que los mismos requisitos exigidos a los operadores para las licencias R se aplican a las licencias E. Por lo tanto, legalmente, los operadores de ‘stop-and-go’  no pueden ignorar los requisitos de la ley de venta de alcohol del estado que entren en conflicto con su modelo de negocio elegido.

Una gran cantidad de problemas que generan las ‘stop-and-go’  no tienen que ver con las infracciones de los operadores, sino con clientes indisciplinados. 

Podría decirse que no es justo afirmar que los operadores son los únicos responsables de todas las fechorías de los clientes. Sin embargo, es justo –y legal– exigir a los operadores que cumplan absolutamente con todos los aspectos de la ley de venta de alcohol. 

El Consejo Municipal de Filadelfia acaba de llevar a cabo una campaña contra los operadores ‘stop-and-go’  infractores, forzándolos a que cumplan con los requisitos de la ley estatal de alcohol, que exige que los establecimientos de venta de cerveza y licores tengan capacidad para “al menos 30” personas.

Semanas antes de que el Consejo Municipal pasara a la acción, los legisladores estatales de Filadelfia aprobaron una serie de medidas que cerraron algunas lagunas pendientes en la implementación de la ley del alcohol. Los propietarios de licencias están ahora sujetos a mayores inspecciones. Y  los licenciatarios infractores se enfrentan a la suspensión inmediata de la licencia por no cumplir con las leyes sobre la venta de alcohol.

¡El privilegio de tener una licencia de venta de alcohol  no es un pase gratis para salir corriendo a ganar dinero!