El martes 28 de septiembre, unas 60 personas protestaron frente al Ayuntamiento de Filadelfia, denunciando el horrible trato que reciben los migrantes haitianos en la frontera sur de Estados Unidos bajo la administración de Biden. 

La manifestación se produce después de que el ICE detuviera a miles de haitianos bajo el puente de Del Río en la frontera, y luego deportara o devolviera a la mayoría de ellos sin permitirles solicitar asilo, que es un derecho legal. 

Salieron a la luz fotos impactantes que mostraban a agentes de la Patrulla Fronteriza a caballo cargando contra los refugiados haitianos y obligándolos a tirarse al río Grande, utilizando látigos, lo que desató una gran polémica. 

Entre las 15:30 y las 16:00 horas, la música haitiana sonaba a todo volumen por los altavoces y un hombre vestido con un traje cultural tocaba apasionadamente un bongó para acompañarla, mientras los organizadores se preparaban para la concentración. 

Se colocaron carteles en el podio, en las paredes y en un recorte de cartón de tamaño natural del Presidente Joe Biden. Las pancartas decían "No más racismo", "La supremacía blanca mata", "Los prejuicios crean dolor", "¿Dónde está tu humanidad?" y "La justicia es la verdad en acción".

A las 4 de la tarde, Steve Paul, inmigrante de Puerto Príncipe y director en Pensilvania de State Innovation Exchange (SiX), dio comienzo a la manifestación agradeciendo a los asistentes su presencia, a pesar de la posibilidad de lluvia, y haciendo un repaso histórico de por qué se organizó este evento. 

"Me enorgullece decir -y siempre me oirán decir esto- que mis antepasados lideraron y ganaron una de las mayores rebeliones de esclavos de este mundo", dijo Paul mientras la multitud vitoreaba.

"Y esa rebelión no sólo puso fin a la esclavitud en el hemisferio occidental, sino que acabó con el dominio francés en esta parte del mundo y, de hecho, abrió el camino y la senda para que un país poco conocido como Estados Unidos se convirtiera en una superpotencia militar y económica", continuó Paul. 

También añadió que la revolución haitiana fue un catalizador para un movimiento en América Latina, donde la gente de esas regiones también se convirtió en lo que él denominó "luchadores por la libertad". 

Tras la revolución haitiana, los propietarios de esclavos blancos en Estados Unidos no reaccionaron positivamente. Temían que la gente esclavizada se inspirara para organizarse de forma similar. En respuesta, Estados Unidos impuso un embargo global a Haití, que debilitó su economía durante generaciones.

"Estamos aquí porque los blancos, que querían mantener a los negros como esclavos, se negaron a reconocer nuestra humanidad. Pero aún es peor. El pueblo haitiano fue obligado a pagar reparaciones a nuestros antiguos amos esclavistas. Básicamente, las víctimas pagaron reparaciones a los criminales", dijo Paul. 

La concentración continuó con la M.C Marlene, que comenzó su breve discurso introductorio reconociendo que Filadelfia es tierra de los Lenape, haciendo la contundente afirmación de que "nadie es ilegal en tierra robada". Hizo que la multitud repitiera esta frase varias veces.

A continuación, Marlene presentó a dos voluntarios que leyeron las historias de migrantes haitianos que vivieron el trauma del terremoto de 2010 que devastó el país, y que se enfrentan a la amenaza de la deportación. 

Muchos de estos emigrantes llevan décadas en Estados Unidos, y tener el Estatus de Protección Temporal (TPS) les ha permitido trabajar y mantener a sus familias. Volver a Haití supondría renunciar a toda su vida y entrar en un país en el que no les queda nada. 

"Reparaciones, no deportaciones", dijo uno de los voluntarios. 

Este fue uno de los principales cánticos de la concentración, entre otros, como "Las vidas de los haitianos importan", "Alto a la deportación, asilo ya" y "Nadie es ilegal en tierra robada". 

"Lo que vimos fue contra la humanidad", dijo Numa St. Louis, otro inmigrante haitiano, sobre la escena en Del Rio, Texas.

"Al mirar aquí veo a un grupo de personas que creen en la dignidad, que creen en el espíritu humano. Y cuando vemos lo que les ocurrió a nuestros hermanos y hermanas haitianos, nos rompe el corazón", continuó. 

Biden ha condenado la acción de los agentes de la Patrulla Fronteriza en las fotos, calificándola de "indignante", y prometiendo que los agentes se enfrentarán a repercusiones. La administración suspendió el uso de agentes a caballo y los agentes implicados están de baja administrativa, a la espera de una investigación. 

Pero su administración no ha cambiado de postura tras las críticas de que estas deportaciones violan tanto la ley de asilo estadounidense como la internacional, algo que los activistas cuestionan.

Los defensores de los derechos humanos pidieron el martes que la administración cambie la política actual, que expulsa a los haitianos en la frontera sin ofrecerles un proceso legal para entrar en Estados Unidos. 

La concejala Jamie Gauthier, que destacó su propia herencia inmigrante caribeña por parte de su madre, dijo que se siente como una traición que Biden defienda estas políticas. 

"No luchamos como el infierno bajo la última administración sólo para ver a otra administración demócrata continuar con estas mismas prácticas crueles e inhumanas", dijo la concejal Helen Gym.

Gym dijo que el jueves se presentará una resolución en el consejo condenando las acciones del Presidente. 

"Quiero tomar un momento para venir de un lugar de fuerza, porque Filadelfia es la ciudad santuario más ruidosa y orgullosa de Estados Unidos, y eso tiene mucho que ver con nuestra familia de inmigrantes haitianos: 8.000 fuertes", dijo Gym.

Louis también destacó las contribuciones de los inmigrantes haitianos. El tamaño de Estados Unidos es un resultado directo de la revolución haitiana, y Jean-Baptist-Point Du Sable, un hombre haitiano, fue el primer colono permanente de Chicago en 1750. 

"Así que no nos digan que no pertenecemos aquí", dijo.