Tensión en el Golfo Pérsico: ¿Belicismo o amenaza?
Esta semana dos buques petroleros que se desplazaban en el Golfo de Omán fueron inhabilitados por explosiones que Estados Unidos atribuye a Irán. Las…
Toda pelea empieza con un primer golpe. Esa es la historia de los conflictos humanos desde que tenemos memoria.
Y aunque Estados Unidos está acostumbrado a ver las guerras librarse a océanos de distancia, su participación en ellas no le libra de culpas.
El Paralelo 38 en Korea, la doctrina Truman, Bahía de los Cochinos, la Operación Tormenta del Desierto… todas las veces que Estados Unidos ha decidido intervenir en asuntos internacionales ha sido bien por juegos de intimidación o por amenazas exacerbadas (comunismo, ataque nuclear, terrorismo).
Todo comienza siempre con una provocación mise en scéne tras bastidores, y con un interés económico que no se discute en las Naciones Unidas.
Y como la historia está condenada a repetirse, hoy en día el Golfo Pérsico vuelve a ser el epicentro de la tensión internacional.
El pasado jueves, dos explosiones paralizaron dos buques petroleros en el Golfo de Omán, un “pasaje vital para un tercio del petróleo mundial”, según explicó el New York Times.
Imágenes mostraban una embarcación en fuego, con más de la mitad de la estructura destruida y bajo riesgo de hundimiento, tras la supuesta detonación de dos minas.
Horas más tarde, el Secretario de Estado Mike Pompeo declaró ante los medios que las agencias de inteligencia estadounidenses concluyeron que Tehrán sería el responsable del ataque, gracias a un vídeo que muestra una pequeña embarcación iraní retirando restos de las minas de uno de los costados.
“En conjunto, estos ataques no provocados representan una clara amenaza para la paz y la seguridad internacionales”, agregó Pompeo.
Desde la instauración de su veto migratorio, la Administración Trump se ha mostrado hostil a cualquier tipo de relación con Irán, y extremadamente interesada en establecer nexos económicos y diplomáticos con Arabia Saudita e Israel.
Su constante critica contra el Acuerdo Nuclear con Irán eventualmente decantó en su retiro del mismo, mientras se firmaban acuerdos multimillonarios por ventas de armas con Arabia Saudita.
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La imposición de nuevas sanciones económicas y la suspensión del diálogo entre Irán y Estados Unidos, finalmente dio carta blanca a cualquier tipo de agresión.
Entonces, ¿quién provocó a quién?
La guerra, como todo, es también una manera de hacer política.
Según reportó el Washington Post, un rico jeque iraquí llamado Nahro al-Kasnazan ha dedicado el último año a hacer cabildeo por la participación de Estados Unidos en el derrocamiento del régimen en Irán.
Kasnazan escribió cartas al asesor de seguridad nacional John Bolton y al mismo Mike Pompeo “instándolos a forjar vínculos más estrechos con aquellos que buscan derrocar al gobierno de Irán”, explica el Post.
Durante el mes de noviembre, el jeque se registró en el Trump International Hotel en Washington “y pasó 26 noches en una suite en el octavo piso”, una estancia “inusualmente larga” que “costó decenas de miles de dólares”.
Kasnazan es conocido como el líder de una orden de Musulmanes Sufíes, y quien trabajó como informante de la CIA en el preámbulo de la invasión de Irak en el 2003.
No es de sorprender entonces que repentinos y específicos ataques comiencen a surgir en la región, cuando todo lo que se necesita es un pequeño empujón para que la diplomacia se tergiverse y una nueva guerra llene los bolsillos de un par de gobiernos.
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