Desde luchar por la legislación de la semana laboral justa, hasta abogar por las comunidades inmigrantes y la salud de la ciudad, la concejala Helen Gym tiene una visión a largo plazo de los cambios en el sistema que quiere implementar, pero se embarca en esas campañas con la viva urgencia de lo inmediato. Gym se sentó con AL DÍA en septiembre para hablar sobre su visión de una Filadelfia más equitativa y próspera. [La entrevista ha sido condensada. Puedes ver la transmisión en vivo en nuestra página de Facebook].

Esta legislación que estoy proponiendo simplemente solicita un aviso anticipado de horarios para los trabajadores por hora en el comercio minorista, la comida rápida y la hostelería. Estos son algunos de los sectores más grandes de nuestra economía y son extremadamente inestables. Actualmente tenemos 130.000 trabajadores (en estos sectores), y la mayoría no sabe cuándo o cuánto va a trabajar.

Este proyecto de ley deja fuera probablemente al 98 por ciento de los negocios de alimentos en Filadelfia, por lo que ni siquiera se verán afectados. Estamos hablando de empleadores a gran escala, McDonald's, cadenas de restaurantes, aquellos que tienen la capacidad tecnológica para llegar a cero desperdicios de alimentos todos los meses. Me cuesta creer que no pueden tratar a sus empleados con el mismo respeto.

Sabemos que cuando las personas no saben cuándo van a trabajar o cuántas horas van a hacerlo, su situación fluctúa mucho de una semana a otra. Luchan por cuidar a sus hijos, no cuidan de su salud, no pueden obtener un segundo trabajo, luchan por regresar a un programa de capacitación para obtener mejores habilidades... No pueden volver a la escuela o incluso hacer malabares con todas estas cosas.

Es extraordinariamente inhumano mantener a los niños en una prisión, no permitirles asistir a la escuela o participar en programas o jugar en parques, y mantenerlos en celdas, incluso si es junto a sus familias. Es inhumano mantener detenidas a las familias cuyo único delito fue buscar refugio en los Estados Unidos para solicitar asilo, lo que legalmente les está permitido hacer.

Si estamos horrorizados por lo que estamos viendo en la frontera y por la separación de familias, entonces debemos sentirnos igualmente horrorizados cuando estamos haciendo esto a menos de una hora de Filadelfia, aquí, en nuestro propio estado, bajo nuestros ojos.

Berks podría ser bien utilizado para otras cosas, tal vez podría ser un centro de tratamiento para la crisis de opioides con prescripción médica que está destruyendo partes enteras del centro de nuestro estado.

El gobernador Wolf podría emitir una orden de emergencia para el cese, creemos que está dentro de su alcance. Tiene mucho sentido, y el condado puede descubrir formas más saludables para el uso de la instalación, en lugar de encarcelar a los niños y a las familias.

Sabemos que las comunidades de inmigrantes luchan en un estado que tiene requisitos realmente restrictivos para obtener una identificación, que luchan por obtener una identificación que luego les dificulta en términos de solicitudes de empleo, solicitudes de beneficios o incluso ingresar a un edificio público. Entonces, si creamos un programa de identificación municipal, tenemos la oportunidad de brindar a nuestros residentes una gran oportunidad de sentir que están caminando como miembros de pleno derecho de la ciudad de Filadelfia. Y en todas las etapas, no solo a los inmigrantes sino también a los ciudadanos que regresan, a nuestros jóvenes, a los adultos mayores...

A veces, muchas personas piensan que la pobreza es un problema que los individuos tienden a padecer, sin entender los sistemas por los cuales permitimos que la pobreza continúe floreciendo, mientras se saca provecho de ella. Y la decisión que tomamos de renunciar a 93 millones de dólares, solo en 2017, a través de la reducción de impuestos a 10 años (que es básicamente un programa de dos décadas que otorga una desgravación fiscal de 10 años a algunos de los vecindarios más ricos de nuestra ciudad), mientras matamos de hambre a nuestro distrito escolar y a nuestra ciudad con impuestos a la propiedad. En este momento es algo que creo que es insostenible, así que estamos presionando para terminar con la reducción de impuestos a 10 años, como la conocemos actualmente.

Diré y reconoceré que creo que soy parte de la minoría; cuando hablo sobre el fin de la pobreza, no creo que solo los empleos puedan lograrlo. Debido a que los empleos que las personas obtienen cuando son pobres pertenecen, en gran parte, al sector de servicios del que hablamos anteriormente con la legislación de mi semana laboral justa (a 7,25 dólares la hora). Con muchos de estos trabajos, las personas ni siquiera saben cuándo van a trabajar o cuántas horas van a hacerlo, por lo que ni siquiera pueden predecir su alquiler.

Espero que con lo que la gente se quede, a pesar de todo el caos que vemos a nuestro alrededor, sea una necesidad esencial de comprometerse e involucrarse; para comprender que la política no tiene que ser solo el día de la elección y los candidatos, que la política es nuestro día a día. Si somos inmigrantes, la política está en nuestras vidas. Si somos mujeres, la política es parte de nuestras vidas; y si somos jóvenes negros y morenos y jóvenes inmigrantes, la política está en nuestras vidas. Y si estamos luchando para poner un techo sobre nuestras cabezas, la política también forma parte de nuestras vidas. Eso significa que nuestras voces importan, que ahora importan más que nunca.