Cuando todo el país recibió el golpe helado de un discurso presidencial minado por separatismos, verborrea y proselitismo político, un joven trajo al escenario una ola de esperanza para aquellos que todavía creen en los valores de la nación.

Joe Kennedy III podría ser juzgado por la sombra política de sus antecesores (Robert F. “Bobby” Kennedy, John F. Kennedy e incluso John F. Fitzgerald), pero este joven representante del cuarto distrito congresional de Massachusetts hizo honor a una historia política fundada en el derecho que tienen los hombres a ser iguales.

Desde el hangar de una ensambladora de autos de la preparatoria vocacional en Fall River, Kennedy expuso al gobierno de Donald Trump como un sistema político que pretende “convertir la vida estadounidense en un juego de suma cero”.

“Esta administración no sólo está atacando las leyes que nos protegen, sino que están atacando la idea misma de que todos somos merecedores de protección”, acusó. “Para ellos, la dignidad no es algo con lo que naces sino algo que mides”.

Kennedy sostuvo así un reproche directo a la administración actual, que se vio representada por un discurso lleno de imprecisiones y de propagandas que instan por un país sólo para algunos, y donde los derechos de todos son intercambiables.

“Su historial es una reprimenda a nuestro ideal más alto: la creencia de que todos somos dignos, de que todos somos iguales y de que todos contamos. Ante nuestra ley y nuestros líderes, nuestro Dios y nuestro gobierno,” explicó. “Esa es la promesa estadounidense. Pero esa promesa ha sido rota hoy, por una administración que vilmente evalúa nuestro valor y decide quien pasa y quien debe ser negociado”.

Kennedy puso en perfectas palabras la realidad de un gobierno manejado por un negociante sin escrúpulos: “para que uno gane, el otro debe perder”.

Pero como representante del partido Demócrata, este joven transformado en vocero aseguró la postura de quienes se oponen al gobierno: “nosotros escogemos a ambos”.

Y marcando una rotunda diferencia con la retórica presidencial, Kennedy dijo con los ojos puestos en las cámaras y en perfecto español: “A todos los Dreamers que están viendo, déjenme serles claros: ustedes son parte de nuestra historia. Vamos a luchar por ustedes y no nos vamos a alejar.”

“Ustedes son parte de nuestra historia”, continuó en inglés. “Pelearemos por ustedes. No nos echaremos para atrás. Estados Unidos, nosotros cargamos esa historia en nuestros hombros.”