No, no hubo una invasión en Venezuela, pero la tensión en la región está escalando
Las autoridades venezolanas reportaron un intento de golpe de estado que involucraba tres exmilitares estadounidenses. ¿Qué pasó?
El 3 de mayo fue un día intenso en Venezuela, que implicó directamente a pocas personas, pero durante el cual se hicieron afirmaciones de alto calibre. Si bien los más recientes eventos están llenos de declaraciones sacadas de contexto y fuera de proporción, sí hay más elementos en las relaciones internacionales que aumentan la tensión y hacen que el panorama general sea más complejo.
Según declaraciones de Nestor Reverol, el ministro del Interior venezolano, un grupo de diez hombres armados intentaron entrar al país, provenientes de Colombia, en dos lanchas rápidas. En la confrontación ocho de ellos murieron y dos fueron capturados. A 5 de mayo, las autoridades venezolanas afirman que no eran diez, sino trece.
Entre éstos, dos serían los americanos Airan Berry y Luke Denman, cuyos pasaportes y licencias de conducción el presidente Nicolás Maduro exhibió en una transmisión televisada, mientras los describía como miembros de la seguridad personal del presidente Donald Trump.
El mismo 3 de mayo salió en redes sociales un video en que Javier Nieto Quintero (un militar venezolano declarado en oposición a Maduro) y Jordan Goudreau (americano, veterano de las guerras de Afganistán e Irak) asumían responsabilidad por la operación, bautizada por ellos Operación Gedeón, y anunciaban que unos sesenta hombres estaban entrando al país por tres costados con el objetivo de llevar a cabo una operación militar para dar fin al régimen de Maduro.
Cap. (GN) Javier Nieto Quintero informa sobre la OPERACIÓN GEDEON. pic.twitter.com/DvuzbxAQk8
— CARIVE (@Carive15) May 3, 2020
Esto coincide con la publicación de una investigación de Associated Press donde dan larga cuenta tanto del perfil de Goudreau como del tamaño y –nulo– potencial que tenía su plan.
Goudreau, con su experiencia como veterano de Afganistán e Irak, habiendo servido como médico para las Fuerzas Especiales de Estados Unidos y habiendo recibido tres Estrellas de Bronce por sus actos de valor en las guerras en que participó, en 2018 fundó Silvercorp, una empresa con sede en la Florida dedicada a asesorar problemas irregulares, como negociaciones en casos de secuestro. Los otros dos americanos involucrados en la operación frustrada, Airan Berry y Luke Denman, eran empleados de Goudreau.
La investigación de Associated Press describe cómo Goudreau empezó a involucrarse con Cliver Alcalá, un mayor general venezolano en retiro que desde el 2019 había dedicado su apoyo abierto a Juan Guaidó. A través de Alcalá, Goudreau conoció a Nieto Quintero y dieron inicio a la planeación de la maniobra del 3 de mayo.
En marzo de este año, Alcalá se entregó a las autoridades estadounidenses, que lo buscaban por cargos de narcotráfico y habían ofrecido una recompensa de 10 millones de dólares por su captura.
A pesar de esto, los planes de Goudreau siguieron adelante. En tres campamentos en Colombia intentó entrenar unos 300 hombres, usando palos de escoba en vez de armas de fuego y mal alimentados. Según sus cálculos necesitaba 1,5 millones de dólares para financiar la operación en su totalidad –contando armamento, vestido, sobornos, desplazamientos y demás contingencias. Pero la financiación no llegó y el número de hombres mal vestidos y peor alimentados mermó, como también menguó su probabilidad de tener algún impacto.
Las diversas fuentes consultadas por Associated Press coincidieron en describir a Goudreau como fuera de sus cabales y ver su plan como insensato, incluidos sectores alineados con Juan Guaidó que optaron por tomar distancia de Goudreau.
"No había ninguna posibilidad de que tuvieran éxito sin una intervención militar directa de los EE.UU.", dijo el ex SEAL de la Marina Ephraim Mattos a Associated Press. Mattos pasó dos semanas en septiembre del año pasado entrenando a los hombres de Goudreau en medicina táctica básica. Sin embargo, AP no logró encontrar ningún indicio de que Goudreau hubiese buscado apoyo militar americano ni de que el gobierno de Trump hubiera autorizado una operación encubierta contra Maduro, cosa que debe ser notificada al Congreso.
Y pese al anuncio hecho por Goudreau y Nieto Quintero de que tenían hombres ingresando al país por distintos rincones para iniciar actividades militares, de momento no se registran confrontaciones en Caracas ni en ninguna otra zona del país.
Todo pareciera indicar que el plan de Goudreau creció en el papel sin poder crecer en la realidad y que más bien ha servido para que el gobierno de Nicolás Maduro exalte su propia imagen y encuentre un enemigo fácil de señalar para desviar la atención de las dificultades que aquejan el país.
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Aunque los anuncios hechos por el gobierno venezolano estén fuera de proporción y tengan elementos falsos (como decir que los americanos involucrados en la operación eran miembros de la DEA), sí hay elementos en el contexto de las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos que contribuyen a aumentar la tensión. La respuesta de la cancillería colombiana, por otra parte, tampoco ayudó a mermarla.
El primero de esos elementos es el hecho de que el presidente en ejercicio de Venezuela, Nicolás Maduro, esté siendo buscado por la justicia estadounidense por cargos de narcoterrorismo, corrupción y tráfico de drogas y quince millones de dólares estén siendo ofrecidos en recompensa por su captura.
El segundo de ellos es que pocos días después de presentar cargos contra Maduro, el presidente Trump anunciara, durante una de sus ruedas de prensa sobre el coronavirus, que haría un despliegue militar antinarcóticos enfocado en Centro América y el Caribe, con particular foco en Venezuela. Lo que se tradujo en un despliegue naval cerca a la costa venezolana.
En medio de una pandemia, este despliegue parece no tener mucho sentido, pero hace un mes todavía las primaria estaban en juego, y este movimiento claramente apuntaría a buscar el favor de los venezolanos y cubanos nacionalizados que podrían votar en las elecciones de noviembre.
Finalmente, está la entrevista otorgada por Mauricio Claver Carone, el Director del Consejo de Seguridad Nacional de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, a EVTV Miami en la que se expresó en términos de franca advertencia, aconsejando a Maduro y a su círculo inmediato que actuaran con sensatez y aprovecharan las oportunidades que tenían para una salida pacífica del poder. “El sentido común dicta”, dice Claver en la entrevista, “que nadie que se haya confrontado a la justicia norteamericana ha salido bien”.
Entre tanto, al salir la noticia de la pequeña y fallida operación militar realizada con Goudreau, la Cancillería colombiana se manifestó en los siguientes términos:
“Se trata de una acusación infundada, que intenta comprometer al Gobierno de Colombia en una trama especulativa. Hacemos un llamado a la Comunidad Internacional para que rechace este tipo de acusaciones y tenga conciencia frente a los intentos reiterados del dictador Maduro por comprometernos en versiones falsas sobre supuestos hechos de fuerza”.
Con estas palabras cierra, sin haber rechazado explícitamente cualquier intento de intervención militar contra Maduro. De esto no se puede inferir que el gobierno colombiano esté buscando una intervención militar. Pero sí se trata de una indelicadeza, por decirlo suavemente, que contribuye a siga aumentando el vapor.
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