Si creíamos que el Russiagate se había enfriado, este lunes la oficina de un fiscal federal nos ha demostrado lo contrario.

Un gran jurado ha encontrado culpables a Paul Manafort (ex jefe de campaña de Donald Trump) y a un colaborador, de varios cargos que incluyen conspiración y lavado de dinero, según informó la oficina encargada exclusivamente del caso.

Estos serían los primeros cargos derivados de la investigación especial liderada por Robert Mueller dentro del Departamento de Justicia, después de su designación al caso por el despido de James Comey (director del FBI hasta el momento en el que el presidente Trump decidió despedirle.)

Según reportó Forbes, Manafort y Rick Gates, un socio de negocios que “trabajó como segundo al mando” en la campaña electoral de Trump en el 2016, fueron acusados el viernes por el distrito de Columbia en un proceso que incluye 12 cargos. La información se dio a conocer al público el día lunes, después de que ambos acusados se entregaran voluntariamente al FBI.

“El procesamiento contiene los siguientes cargos: conspiración contra Estados Unidos, conspiración para lavar dinero, trabajos no registrados como agentes en el exterior, declaraciones falsas y engañosas bajo la ley de registro de agentes extranjeros (FARA), declaraciones falsas y siete acusaciones por no entregar reportes de cuentas financieras y cuentas bancarias en el exterior”, reza el comunicado.

La investigación llevada a cabo por Mueller parte de los reportes de las agencias de inteligencia estadounidenses quienes han determinado la intervención de agencias rusas en las elecciones del 2016 a través del pirateo informático y la manipulación de propaganda política en las redes sociales en contra de la candidata demócrata Hillary Clinton, pero estas primeras acusaciones determinarían que los nexos son mucho más cercanos al presidente.

Según reportó Reuters, Manafort dirigió la campaña de Trump entre los meses de junio y agosto del 2016, antes de renunciar por la publicación de reportes en los que habría recibido millones de dólares en pagos ilegales de un partido político pro-Rusia en Ucrania.

Los cargos por lavado de dinero podrían conllevar hasta 20 años de prisión para Manafort, cuyas finanzas han sido investigadas por Mueller desde hace meses.

Asimismo, el socio de Manafort, Rick Gates, colaboró con el ex director de campaña durante muchos años y también posee conexiones con los mismos “oligarcas” rusos y ucranianos, y su trabajo como adjunto a Manafort durante la campaña presidencial se suma a este nuevo escenario que amenaza la estabilidad política en la Casa Blanca.