Para el Presidente, la designación de Mueller en la investigación de una posible intervención Rusa en las elecciones del 2016, así como una colusión entre los asesores de su campaña y Moscú, es “la mayor cacería de brujas en la historia de Los Estados Unidos”, como declaró en su cuenta en Twitter.

Las contradicciones en el discurso presidencial vuelven a hacer acto de presencia, pues tan sólo el día miércoles, el Presidente habría declarado que “una investigación a fondo confirmará lo que ya sabemos: que no hubo colusión entre mi campaña y cualquier entidad extranjera”, según reporta Reuters.

La designación de un abogado y la autorización de una investigación independiente ha sido consecuencia de la cadena de hechos que se detonó una vez el Presidente Trump hubiese tomado la decisión de despedir al Director del FBI James Comey, y las declaraciones que éste emitiera sobre un intento de intervención en la investigación que llevaba a cabo, por parte del mismísimo presidente.

Robert S. Mueller III, es un veterano de la Guerra de Vietnam, abogado de 72 años, nacido en Nueva York y criado en Filadelfia. Mueller dirigió el FBI entre los años 2001 y 2013, con una postura radicalmente apartidista; según el ex subdirector del Buró, Thomas Pickard, “su principal característica es no ceder ante la presión”, según un reporte de la BBC.

Mueller es conocido por ser “el hombre que le dijo que no al presidente”, cuando en el 2004 se negó a reiniciar el programa de espionaje a estadounidenses planteado por el presidente George Bush, después de los ataques del 11 de Septiembre.

Asimismo, y tras el ataque, Mueller mantuvo a flote al FBI, cuando todo indicaba que el Buró no era lo suficientemente capaz de asegurar la vida de los estadounidenses. Años después, su agencia se volvería a ver amenazada tras los eventos del maratón de Boston y la filtración de información hecha por el ex empleado de la CIA Edward Snowden.

Según la BBC, en 2011, al cumplir los 10 años reglamentarios en el cargo, “en un acto inusual el ex presidente Barack Obama le pidió que se quedara dos años más, a pesar de que había sido nombrado durante un gobierno republicano”.

Mueller goza de una fama impecable, “disciplinado, detallista y persistente”, como asegura el medio El País; es además uno de los pocos funcionarios elogiados tanto por demócratas como por republicanos.

Su labor en este momento consiste en la investigación de los supuestos nexos entre la campaña presidencial de Trump y el gobierno ruso, así como también la posible interferencia de Moscú en el desarrollo de las elecciones presidenciales del 2016.

El proceso no es inmediato pues, para poder llevar a cabo la investigación, el abogado deberá obtener la aprobación por votación mayoritaria en la Cámara de Representantes, dominada actualmente por el partido Republicano, que aún se encuentra a favor del Presidente Trump.

Si bien el panorama no parece favorable a una destitución presidencial, las noticias que involucran al Presidente Trump con una posible conspiración rusa, llegan a los titulares cada 24 horas.

El día de hoy, fuentes han informado a los medios que tanto Michael Flynn como otros asistentes de la campaña presidencial de Donald Trump, “estuvieron en contacto con oficiales rusos y con otros contactos en el Kremlin durante al menos 18 llamadas y correos electrónicos, durante los últimos siete meses de campaña presidencial en el 2016”, según informó un ex funcionario de Los Estados Unidos a Reuters.

Según los datos ofrecidos al medio, las conversaciones entre Flynn y el embajador Sergei Kislyak aumentaron después de los resultados electorales, cuando ambos comenzaron a discutir la manera de mantener una línea de contacto privada entre el Presidente Trump y Vladimir Putin, que pudiera obviar la burocracia y la seguridad nacional estadounidense.

Si bien no existe ningún tipo de evidencia aún que pudiera demostrar algún comportamiento ilegal por parte de los asesores de Trump, las 18 comunicaciones se llevaron a  cabo entre abril y noviembre del 2016, simultáneamente al ciberataque del que fue objeto la carrera presidencial.

Al parecer, las comunicaciones se planteaban en torno a la mejoría en las relaciones diplomáticas entre ambos países, sobretodo en cuanto a las estrategias adoptadas en terreno sirio y en el conflicto con el Estado Islámico.

Pero para algunos analistas, “es raro que existan tantas llamadas a oficiales extranjeros, especialmente a un país que consideramos adversario u hostil”, dijo Richard Armitage, ex secretario de Estado adjunto, a Reuters. 

El futuro del Presidente Trump no está claro para nadie, pero la incredulidad de algunos y las fuentes de información que no paran de surgir, podrían definir el panorama político estadounidense en los próximos dos meses.