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Rebecca Rhynhart, nueva contralora de la ciudad, y Larry Krasner, nuevo fiscal distrital de Filadelfia. Foto: Edwin López Moya / AL DÍA News
Rebecca Rhynhart, nueva contralora de la ciudad, y Larry Krasner, nuevo fiscal distrital de Filadelfia. Foto: Edwin López Moya / AL DÍA News

Rhynhart y Krasner: El inicio de una nueva era política

Aires de reforma soplan en Filadelfia tras la juramentación de la nueva contralora y el nuevo fiscal distrital el pasado 2 de enero en el Kimmel Center.

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“Este es el inicio de una nueva era política en Filadelfia”, dijo Vincent Thompson, el veterano periodista de la cadena radial Wurd, al comienzo de la transmisión de la Ceremonia Inaugural en la que el pasado 2 de enero 21 jueces de las cortes Municipal y del Common Pleas se juramentaron en el Kimmel Center junto con la nueva contralora y el nuevo fiscal distrital. 

Thompson, que conoce esta ciudad como la palma de su mano, sabía perfectamente a qué se refería: la posesión de Rebecca Rhynhart y de Larry Krasner significan una inflexión en la historia de Filadelfia; un giro político como manifestación de un electorado cansado de elegir a hombres incapaces de cambiarle el rumbo a la ciudad con las tasas más altas de pobreza y de encarcelamiento masivo en el país.

Así como él, muchos creen que la llegada de Rhynhart y Krasner marca el fin de una era en la que los entes de control fiscal y de justicia penal fueron el botín que las maquinarias partidistas se feriaron y que, en consecuencia, terminaron sirviéndole a intereses particulares.

Los asistentes a la tradicional Ceremonia Inaugural no solo fueron testigos del juramento de los funcionarios elegidos por voto popular, también lo fueron de un evento que en esencia guardó una ironía gigantesca.

Concejales, representantes estatales, senadores, jueces, el alcalde y líderes del Partido Demócrata (en otras palabras, el establishment de Filadelfia y Pensilvania) se dieron cita para darle la bienvenida a un par de ‘outsiders’ que se ganaron sus puestos luego de haber sorprendido a todo el mundo. 

Unos ‘newcomers’ que prometen darle un vuelco al status quo y ponerle fin a esa vieja y atornillada clase política local.

Una nueva esperanza

Rebecca Rhynhart, City Controller of Philadelphia, y Larry Krasner, District Attorney. Photos Courtesy: Samantha Madera / City of Philadelphia

Ambos recibieron sendas ovaciones ante las miradas atónitas de quienes aún se resisten a creer que Filadelfia está cambiando. Ambos saben que representan una nueva esperanza para la ciudad y sus habitantes.

Por un lado está Rebecca Rhynhart, una joven tecnócrata progresista que desde que llegó a la administración pública de la mano del exalcalde Michael Nutter, en 2008, ha demostrado que el conocimiento, la eficiencia y la ética en el manejo de los dineros públicos son claves para desarrollar un gobierno que beneficie a la mayoría de la gente.

De ella, el reverendo y presidente del Black Clergy of Philadelphia and Vicinity, Jay Broadnax dijo que “llega con años de experiencias en ambos sectores, el público y el privado, haciendo que entidades grandes operen con integridad, innovación y eficiencia”.

Rhynhart fue tesorera y directora de presupuesto de la Administración Nutter en plena recesión, desde el último cargo lideró la mayor recuperación financiera de la ciudad en los últimos 30 años. 

Como Chief Administrative Officer de la Administración Kenney –cargo creado por el alcalde– administró las nóminas de 11 departamentos y más de mil empleados públicos de la ciudad.

Esa experiencia, junto a una sólida educación profesional, le sirvieron para conocer el funcionamiento interno del gobierno y para identificar las rendijas por donde el erario público gotea y se convierte en millones de dólares perdidos anualmente sin que nadie diga nada.

El alcalde Kenney aseguró que “un gobierno que, como el de Filadelfia, demanda un alto desempeño (de sus funcionarios), necesita la mirada escrupulosa de una persona con altos estándares. Como guardiana en jefe de las finanzas de la ciudad, Rebecca le ofrece al cargo su comprobada capacidad y conocimiento”.

Por otro lado está Larry Krasner, un abogado con más de 30 años de experiencia como defensor de los derechos civiles representando en cortes y estrados judiciales a cientos de afroamericanos, de inmigrantes, de mujeres, de pobres y víctimas de un sistema de justicia criminal diseñado para castigar a los más vulnerables.

Krasner llega a la Fiscalía en el peor momento de esta entidad, convertida en una oficina desprestigiada, justiciera y tramitadora de favores personales a cambio de costosos regalos. 

En tono que uno no sabe si es el de un hombre que humildemente reconoce el apoyo que recibió o el de caudillo que se identifica a sí mismo como la voz del pueblo, Krasner afirmó que “un movimiento fue juramentado” el día de su posesión. 

El fiscal distrital se refería a ese voto de opinión que lo eligió y que provino de sectores sociales históricamente golpeados por el sistema de justicia criminal: los Black Lives Matter, los Dreamers, los inmigrantes, los LGBT... 

Para el alcalde Kenney, “su historia en derechos civiles, como defensor público y como defensor de los derechos de activistas políticos, lo convierten en el hombre indicado en el momento indicado para Filadelfia”.

Y es cierto. Él y Rhynhart son las personas indicadas en este momento. Cuando anunciaron su intención de aspirar a los cargos que hoy ostentan, la mayoría del establishment los recibió con incredulidad. Sin embargo, a medida que se fueron conociendo sus propuestas progresistas, sus campañas fueron sumando apoyos de varios colectivos sociales.

Al final Rhynhart se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo de contralora tras haber sido la candidata más votada en las elecciones de noviembre con 161.273 votos a favor.

Krasner, por su parte, llegó a la Fiscalía con el impulso de movimientos sociales y del multimillonario George Soros, quien le metió $1.45 millones a su campaña. Al final, el fiscal salió elegido con 150.330 votos. 

La nueva Contraloría

Rebecca Rhynhart, City Controller of Philadelphia. Photo Courtesy: Tone Webb / City of Philadelphia

Rebecca Rhynhart, City Controller of Philadelphia. Photo Courtesy: Tone Webb / City of Philadelphia

Una vez Rebecca Rhynhart hizo su juramento, ofreció un discurso en el que dejó claro que su objetivo principal es devolverle la confianza a la sociedad en las instituciones.

Para ello, la contralora aseguró que “voy a tomar la responsabilidad y autoridad que la gente me dio para hallar los millones de dólares que se están desperdiciando y así poder invertirlos en los temas que le importan a la gente”. 

La contralora se concentrará en aspectos claves como la promoción de una cultura de transparencia en el manejo de los dineros públicos a través de auditorías a cada uno de los 11 departamentos de la Administración y publicaciones periódicas del estado de cuentas. 

Otros de los cambios que buscará será la modernización y la implementación de mejores prácticas administrativas en los procesos contractuales que comprometan dineros de los contribuyentes para así lograr que el gasto sea eficiente y efectivo. 

“Un gobierno que, como el de Filadelfia, demanda un alto desempeño (de sus funcionarios), necesita la mirada escrupulosa de una persona con altos estándares. Como guardiana en jefe de las finanzas de la ciudad, Rebecca le ofrece al cargo su comprobada capacidad y conocimiento”, Jim Kenney.

Además, prometió que la Contraloría ya no será un organismo aislado sino una pieza más del rompecabezas gubernamental. La articulación con otros entes de control  será clave para evitar que casos como el del Parking Authority se repitan.

Rhynhart también anunció la creación de un criterio en las auditorías que evalúe el nivel de inclusión y diversidad en la fuerza laboral contratada en la Administración con el fin de asegurar que el Gobierno de Filadelfia represente de manera fiel a su población. 

Revolución en la Fiscalía

Larry Krasner, Philadelphia's District Attorney. Photo courtesy: Tony Webb / City of Philadelphia

Larry Krasner, Philadelphia's District Attorney. Photo courtesy: Tony Webb / City of Philadelphia

Por su parte Larry Krasner se llevó varias ovaciones en un discurso que parecía más el de un político aún en campaña, pero que al fin y al cabo dejó claro el giro progresista que tendrá una de las entidades más desprestigiadas y temidas de la ciudad.

“Hoy empezamos un largo camino para cambiar celdas por escuelas; división entre la Policía y las comunidades a las que sirven, por unidad y reconciliación; persecución contra personas que sufren una adicción por tratamiento médico; miedo por santuario”. 

A juzgar por sus primeros tres días al frente de la Fiscalía más grande del país –con un presupuesto de $36 millones y 600 funcionarios investigando más de 50.000 casos anuales–, el fiscal no estaba jugando.

“Su historia en derechos civiles, como defensor público y como defensor de los derechos de activistas políticos, lo convierten en el hombre indicado en el momento indicado para Filadelfia”, Jim Kenney.

El pasado viernes se conoció que le pidió la renuncia a 31 funcionarios de diferentes niveles operativos, una especie de purga que, aunque tomó a muchos por sorpresa, se veía venir.

Controversiales o no, lo cierto es que los aires de reforma que soplan en la Contraloría y en la Fiscalía desde el pasado 2 de enero marcan el inicio de un cambio de fondo necesario en la manera de hacer política, en la manera como se administran los recursos de una ciudad cuyo 25,7 por ciento de la población vive por debajo de la línea de pobreza, y sobre todo en la manera como se investigan y se procesan los delitos y crímenes de la urbe con la mayor tasa de encarcelamiento masivo del país: 6.604 personas están –bajo diferentes modalidades– tras las rejas en las cárceles de la ciudad. 

Una nueva era ha comenzado, ojalá los cambios sean palpables más pronto que tarde.