La nota de prensa enviada por Juntos (organización de inmigrantes Latinos del Sur de Filadelfia) en la mañana del 5 de Setiembre incluía una declaración ambigua: El futuro de los DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals) podría desvanecerse en dos o tres días.

Poco antes de que el Fiscal General Jeff Sessions decidiera sellar el destino de 800,000 Dreamers, como se conoce a los beneficiarios del DACA ( un programa implementado en la era Obama que Sessions tildó de “inconstitucional”), los miembros de Juntos, la comunidad inmigrante de Filadelfia, Dreamers, activistas, políticos y otros aliados de la ciudad se reunieron a las 10AM frente al Departamento de Justicia para protestar en contra del posible fin del DACA.  En el acto contaron su historia varios testimonios, se amonestó a la Administración Trump y a sus políticas corroídas en Harrisburg, y después marcharon bajo el sol de setiembre hasta las nuevas oficinas de las Fuerzas de Inmigración y Aduanas (ICE) en la calle 7 con Arch, en Filadelfia.  

Más de 50 personas de todas las edades y razas marcharon con pancartas y carteles en colores vivos con mensajes contundentes, y escucharon los discursos de los líderes de Juntos Erika Almiron y Olivia Vazquez, la concejal Helen Gym, la representante de Estado Chris Rabb, el Presidente del Sindicato de la Federeación de Profesores de Filadelfia Jerry Jordan, la concejal María D. Quiñones-Sánchez, y el candidato a fiscal de distrito Larry Krasner. La marcha se inauguró con una emotiva llamada a la unidad y al fin de la supremacía blanca por parte del Reverendo Robert Hynicka, de la Iglesia Metodista Unida de Arch Street, y terminó con cantos, siempre bajo la vigilancia atenta de agentes de policía con chalecos antibala montados en furgonetas y bicicletas.  

Aunque el motivo unánime de la manifestación fue dar apoyo y consistencia al valor humano y la dignidad de los Dreamers de este país (y de las familias inmigrantes en general), no hubo en ningún momento una señal de esperanza u optimismo por parte de la multitud.Jeff Sessions todavía no había comunicado la decisión de eliminar el DACA, y los políticos y organizadores presentes afirmaban que asegurar el futuro de los DACA era uno de los pasos a seguir para luchar contra lo que el Presidente Obama describió en un comunicado en Facebook como “las crueles e indecentes políticas que lleva a cabo la Administración Trump.”

Al ser Filadelfia una ciudad santuario (estatus que Sessions también ha llamado “victimista” e “inconstitucional”), los delegados de la Ciudad y del Estado -así como los miembros de la comunidad- se preguntan ahora qué está en sus manos para poder ofrecer mejores alternativas para ofrecer refugio y recursos a los ciudadanos que se sientan amenazados con ser deportados. La Concejal Helen Gym dio un discurso lleno de adrenalina para animar a todas las personas de color o inmigrantes a unirse en la lucha por la resistencia, y a la vez conectar con una de sus ambiciones más polémicas: eliminar los monumentos de supremacía blanca de Filadelfia. Por su parte, el representante del Estado Chris Rabb compartió con los participantes una historia conmovedora sobre el hecho de estar “rodeado de asesinos” en Harrisburg (en referencia a los políticos que votan a favor de políticas discriminatorias), y amonestó a algunos de sus compañeros Demócratas por ser demasiado sumisos ante el racismo.

A medida que la marcha se apagaba, el programa DACA fue condenado oficialmente a la extinción. La noticia solo consiguió que la protesta tomase más fuerza. Aunque estemos ante una lucha que no sabemos cuánto durará, una cosa está clara: Filadelfia plantará cara.