Otra de las cruzadas anti-inmigrantes de la Administración Trump llega al banquillo de la Corte Suprema. Esta vez, los magistrados deberán decidir si el veto migratorio impuesto por Trump al inaugurarse como presidente es o no constitucional.

Después de que su iniciativa – que prohibía la entrada de ciudadanos provenientes de Irán, Somalia, Sudán, Siria, Yemen y Libia - fuera bloqueada por tribunales menores, y de que la Administración diseñara dos modelos más de prohibición sin éxito en los tribunales, Trump ha llevado su capricho a las últimas instancias.

“El caso ha captado gran atención”, explica la agencia EFE. “De forma que quince estados de los cincuenta del país, liderados por Texas, se han posicionado a favor de Trump, mientras que otros dieciséis encabezados por Nueva York han respaldado la lucha iniciada por Hawái contra el veto migratorio”.

Este miércoles, la administración Trump ha solicitado formalmente a la Corte “revertir las sentencias de las cortes menores”, y los magistrados deberán determinar si el veto “viola la ley de inmigración o la Constitución”, según reportó US News.

“La corte considerará si el presidente puede mantener indefinidamente a personas fuera del país basándose en su nacionalidad”, continúa el medio. “También revisará si la política intenta excluir a los musulmanes de Estados Unidos”.

Sin embargo, para David Cole, director legal nacional de la American Civil Liberties Union (ACLU), “debido a que la Administración ha alegado que la corte debe abogar ciegamente por el presidente, la disputa concierne igualmente al rol de la corte en sí en la separación de poderes”.

En su columna para The New York Review of Books, Cole explica:

“La Corte Suprema a veces ha diferido a las ramas políticas en materia de inmigración y política de seguridad nacional, pero nunca por prejuicios religiosos. Y el caso constitucional contra el veto migratorio es abrumadoramente fuerte. Así como la Cláusula de Establecimiento de la Primera Enmienda prohíbe al gobierno promulgar una ley que "respete el establecimiento de una religión", también prohíbe al gobierno alegar la desaprobación o la condena de cualquier religión en particular. Esta prohibición es absoluta; nunca en la historia de la corte se ha encontrado un ejemplo de condena religiosa justificable. Sin embargo, el veto migratorio es, en palabras de Trump, un veto contra los musulmanes.”

Siendo un momento definitivo para tantos ciudadanos musulmanes, decenas de manifestantes se han concentrado este miércoles ante el Tribunal Supremo con pancartas y megáfonos “para pedir que se suspenda el veto contra refugiados musulmanes”, explicó EFE.

Una de las manifestantes, Liz Hayes, comentó a la agencia que “estoy aquí porque el veto es inconstitucional, es anti-estadounidense, no representa lo mejor de nuestro país, somos una nación de inmigrantes que cree en la libertad religiosa. Y decir que un grupo que pertenece a una religión no puede entrar va contra todo lo que somos”.

Asimismo, Maryan Abdul-Karem, ciudadana musulmana, declaró que “todos los vetos, en todas sus versiones, son inconstitucionales. Somos una nación que da la bienvenida a los refugiados, esa es nuestra identidad. Soy musulmana, soy estadounidense y, sobre todo, soy un ser humano”.

Frente al Tribunal coincidieron grupos religiosos de todo tipo – católicos, musulmanes y judíos – incluyendo la Sociedad Hebrea de Ayuda al Inmigrante (HIAS, por sus siglas en inglés), que se dedicó a dar asistencia legal a los afectados por el veto.

A tan sólo una semana de la última intervención bélica de Estados Unidos en Siria, la decisión del Tribunal Supremo es más que nunca fundamental, pues representará las verdaderas posturas humanitarias del país, en especial frente a crisis que afectan a millones de personas desplazadas a nivel mundial.

Today and every day we stand with Ramla Sahid & @panasandiego. #NoMuslimBanEver pic.twitter.com/JnSDSEXpAW

— National Immigration Law Center (@NILC_org) 25 de abril de 2018