El Secretario de Defensa Mark Esper presentó un cambio de política. De forma inmediata, no habrá banderas confederadas en todas las bases militares de EE.UU. 

"Las banderas que ondeemos deben estar de acuerdo con los imperativos militares de buen orden y disciplina, tratando a toda nuestra gente con dignidad y respeto, y rechazando los símbolos divisorios. Con este cambio de política, mejoraremos aún más la moral, la cohesión y la preparación de la fuerza en defensa de nuestra gran Nación", dijo Esper en un memorándum sobre la política.

Aunque inicialmente el cambio fue prohibir todas las banderas confederadas, más tarde se modificó para que no se prohibiera la bandera confederada en las placas de matrícula emitidas por el Estado, las tumbas, los monumentos o las exposiciones de los museos. 

Después de que la prohibición de la NASCAR de la bandera confederada fuera muy criticada por la Administración Trump, Esper intentó evitar las críticas del presidente publicando un memorándum de dos páginas sobre las banderas que se permitirán exhibir en la propiedad militar de los Estados Unidos para "promover la unidad y el espíritu de cuerpo".

Las acciones del oficial naval de más alto rango también se han puesto en orden. El mes pasado se ordenó a su personal que prohibiera la bandera confederada en todos los espacios públicos de la Marina. 

Sin embargo, la administración Trump no apoya los cambios en un esfuerzo por crear más igualdad.