Durante décadas se ha dicho que los latinx serían una pieza central en las elecciones, pero no ha sido hasta ahora, cuando la generación Z ha cumplido su mayoría de edad, que han hecho girar “visiblemente” la balanza en estados tradicionalmente republicanos, como Arizona. 

Sin embargo, ¿son el gigante dormido que recién despierta? ¿Qué papel han jugado los latinx en la historia del sistema político estadounidense?

Según el profesor de Historia de la Universidad de Northwest, Gerardo Cadava, autor de The Hispanic Republican: The Shaping of an American Political Identity, From Nixon to Trump, el voto latinx se volvió más importante después de la Segunda Guerra Mundial, dado que muchos hispanos participaron en ella y querían tomar parte en el futuro del país.

“Muchos más latinos fueron a la universidad, compraron casas y también comenzaron a votar y a ser políticamente activos”, dijo Cadava en una entrevista con NPR.

A ello se le suma el rápido crecimiento de población latina en estados como Texas, Arizona, Florida o California, que se volvieron esenciales durante las elecciones y estos hispanos a su vez impulsaron la lucha por los derechos civiles. 

Tanto protagonismo adquirieron que, según el profesor, incluso Time le dedicó una portada en los 80 a la que auguraba que iba a ser “la década de los hispanos”, el llamado Gigante Dormido que estaba a punto de despertar. Y el argumento, como ya han visto, volvió a la palestra estas elecciones, aunque con más motivo...

“Es algo sorprendente para mí que cada cuatro años exista esta idea de que los latinos están a punto de salir de su caparazón y realmente determinar las elecciones; es como si los expertos y los políticos los redescubrieran cada cuatro años”, afirmó el profesor.

Si bien para Gerardo Cadava la imagen del “gigante dormido” tiene algo de estereotipo negativo, ya que históricamente se ha representado a los hispanos, especialmente a los mexicanos, como gente que dormita bebiendo tequila. Pero el hecho de que cada 30 segundos un latinx sea elegible para votar en el país y que sean la minoría más grande y el segundo mayor grupo de votantes, y no paren de crecer, acentúa esta idea de colectivo con un inmenso poder político a la vez que no, “no estamos alcanzado todo nuestro potencial porque no nos registramos para votar en números tan altos como otros grupos”.

No es la primera vez que los latinx han tenido un papel capital en unas elecciones. En 1964, en la pugna entre Jimmy Carter y Gerald Ford, Carter ganó en Texas por el voto de los mexicoamericanos. Y también ocurrió en las elecciones del año 2000 en Florida, cuando George W. Bush se llevó el gato al agua por negarse junto a su hermano Jeb, el gobernador del estado, a devolver al niño Elián González a su familia cubana.

“Eso realmente galvanizó el apoyo cubanoamericano a Bush”, dijo el profesor Cadava. 

Pero incluso en el año 2012, el apoyo de los latinos a Obama en estados indecisos como Nuevo México o Colorado se argumentó como parte de su éxito. 

“Reagan es probablemente el ejemplo más famoso de alguien que trató de argumentar que los latinos son conservadores por naturaleza".

No obstante, aún sigue persistiendo la sensación de que el potencial político del electorado latino debe ir un paso más allá, sobre todo porque su histórica “apatía electoral”, de la que muchos han hablado, tiene que ver con el sentimiento de verse apartados de los programas de diferentes partidos y no encontrar un candidato que los tuviera realmente en cuenta.

Algo que acentúa que la visibilidad de los hispanos no sea la misma en todos los territorios, sobre todo en época electoral: 

“Cuando hablamos de elecciones y política presidencial, estamos prestando mucha atención a los latinos en Arizona, Texas y Florida, campos de batalla críticos. Así que los latinos en esos estados son hiper-visibles, mientras que los latinos en todas partes son ignorados e invisibles”, sostiene el experto.

Una de las grandes sorpresas de estas elecciones, especialmente en el extranjero, aunque también está salpicando a los medios nacionales, es la creencia vencida de que los latinos de Estados Unidos eran un bloque unívoco y casi la totalidad de ellos, a excepción de los cubanos, votan demócrata.

Cuando la realidad es que hay una gran diversidad de sentirse políticos entre los hispanos, que incluyen elementos como el miedo al socialismo y al comunismo, la religión o el poder elegir escuela. 

“No son peones fácilmente persuadidos sólo porque les hable un político, son actores políticos complicados”, dice el profesor. 

Entre ellos, los republicanos hispanos han desarrollado su identidad política durante un mayor tiempo incluso que el mandato de Trump, y según la investigación de Gerardo Cadava, se les ha pretendido naturalizar como originariamente liberales o conservadores fruto, en buena medida, del desconocimiento general sobre el colectivo en tanto que actor político. 

“Los latinos no son peones fácilmente persuadidos sólo porque les hable un político, son actores políticos complicados”.

“Reagan es probablemente el ejemplo más famoso de alguien que trató de argumentar que los latinos son conservadores por naturaleza. Y fue una declaración que aparentemente entregó a uno de sus organizadores de campaña hispanos, un ejecutivo de publicidad llamado Lionel Sosa de San Antonio. Reagan le dijo, ya sabes, vas a tener el trabajo más fácil de la historia, porque los latinos son republicanos que no lo saben todavía. Y fue su campaña la que, por primera vez, trató de articular estos valores fundamentales que supuestamente unieron a todos los conservadores latinos”, explica.

Valores como la familia, la ética del trabajo duro, el patriotismo, el sacrificio o el sistema de libre empresa, que forman parte del discurso de grupos como Latinos for Trump, han estado presentes en la derecha latina desde los años 80’. 

“Siempre me recuerda este año esa línea de Joe Biden que ‘si eres negro y apoyas a Donald Trump, no eres negro’. Los demócratas han tenido muchos de esos momentos cuando se trata de los latinos, también. En 2010, Harry Reid de Nevada dijo que no podía entender cómo un solo hispano podía ser republicano. Así que creo que ambos partidos dan por sentado que los latinos son naturalmente de una manera u otra”, concluye.

Tal vez sea hora de que el poder de un signo y otro deje de ver a la comunidad latina como fichas de su ajedrez y se dedique a tomarlos realmente como una pluralidad de sentires y mentes que no están dispuestas a ser utilizadas.