La imagen del Beto O’Rourke que le declaró la guerra a Ted Cruz por el puesto en el Senado y la del candidato por la nominación demócrata son difíciles de reconciliar.

Una estrella inesperada en la escena política de la era Trump, O’Rourke pareció sobrepasar todos los obstáculos con su carácter jovial y real a pesar de no lograr vencer a Cruz.

Su ímpetu fue tal que lanzó una campaña mucho más grande hacia la Casa Blanca.

A pesar de que nadie podría haberse imaginado que el joven representante del distrito 16 de Texas llegaría a la nominación, su transformación durante los últimos meses habla más de la política nacional que de su propio perfil.

La carrera “mercurial” y “de gran fanfarria”, como le describe Politico, comenzó en marzo con gran convocatoria, logrando 6.1 millones de dólares en sólo 24 horas.

Pero la vertiginosidad pareció jugarle en contra, y la falta de organización y políticas detalladas empezó a corroer la base de su campaña.

Sin embargo, lo que pareció darle el golpe de gracia a su participación en las primarias demócratas fue su respuesta al fatídico tiroteo en El Paso, su ciudad natal, orquestado por un extremista contra la comunidad Latina.

El giro “activista” de su retórica transformó la carrera de O’Rourke en “una campaña obstinada” contra las políticas federales de control de armas, una postura “mucho más agresiva que la de la mayoría de los candidatos presidenciales demócratas”, según explicó el New York Times.

Entre visitas a prisiones federales y la promesa de “comprar las armas de asalto” de los ciudadanos, el joven candidato atacó incluso al líder de la minoría en el Senado Chuck Schumer por haber hecho “absolutamente nada” con respecto al control de armas.

Este giro discursivo coincidió con la caída en las encuestas de su campaña y la imposibilidad de recaudar los fondos necesarios para continuar.

“Esta es una campaña que se ha enorgullecido en ver las cosas con claridad, en hablar con honestidad y actuar con decisión”, dijo O’Rourke a sus seguidores en el patio de un centro de convenciones en Des Moines el pasado viernes. “Tenemos que ver claramente en este momento que no tenemos los medios para llevar a cabo esta campaña con éxito”.