Al comparar con otros países de la región, pareciera que Colombia ha logrado ralentizar un poco el crecimiento de la pandemia de COVID–19 en su territorio. Mientras a la fecha Colombia reporta 16.295 casos confirmados, Brasil tiene 257.396, Perú 94.933, Chile 46.059 y Ecuador 33.582.

Esto, en parte, podría explicarse debido a que Colombia ha tenido un nivel de testeo bajo, comparado con otros países de la región y también con relación al tamaño de su población. A pesar de que, según el Instituto Nacional de Salud, Colombia tiene una capacidad declarada para procesar 13.607 muestras al día –distribuidas desigualmente por el territorio–, la capacidad real de procesamiento se ve limitada por la disponibilidad de reactivos y equipos que haya día a día en cada laboratorio. Así las cosas, en realidad Colombia ha estado procesando alrededor de 5.500 pruebas diarias.

Hasta ahora, manteniendo  más o menos el mismo número de pruebas analizadas al día, Colombia se ha mantenido por debajo de los 1.000 casos diarios reportados, pero a medida que los días pasan se está acercando cada vez más al millar: ayer el INS reportó 721 casos nuevos confirmados.

Eso podría indicar, más bien, que en Colombia la pandemia ha crecido de manera menos visible, en vez de crecer menos, o que en la medida en que se han ido abriendo sectores de la economía –construcción, industrias pesadas, productos informáticos, carbón, librerías y varios sectores manufactureros– el crecimiento en los contagios ha sido pronunciado.

Así como la capacidad de testeo está distribuida desigualmente por el país, también lo ha estado el número de contagios confirmados.

Bogotá, la capital del país, es donde se concentra el mayor número de contagios. Al 18 de mayo, de los 16.295 casos que confirmaba Colombia, Bogotá sumaba 5,720 de ellos.

Esto hay que verlo también en proporción al tamaño de la población –Bogotá tiene más de 7 millones de habitantes– y a la capacidad que tiene la ciudad para atender a sus convalecientes. En contraste, Leticia –la capital del departamento del Amazonas en Colombia– tiene proporcionalmente cinco o seis veces más contagios, con 50.000 habitantes. No sería imposible que Leticia se enfrentara a una circunstancia similar a la de Iquitos hoy en día.

El desarrollo ulterior que tenga la pandemia en Colombia dependerá, entre otros factores, del comportamiento de la población, que en Bogotá ha sido muy disparejo a lo largo de la ciudad y, sin sorpresa, está atravesado por las variables económicas y educativas.

En medio de la incertidumbre, Bogotá ya puso en funcionamiento un recurso que podría hacer una diferencia significativa entre la vida y la muerte para miles de personas: la entrada en funcionamiento de un enorme hospital temporal en el centro de convenciones más grande de la ciudad.

Corferias, donde habitualmente se hace la segunda feria del libro más grande de América Latina ya entró en funcionamiento como hospital temporal para el tratamiento de personas con condiciones leves e intermedias y sin COVID–19. 

El hospital transitorio tiene 650 camas instaladas, pero podría llegar a ampliar su capacidad hasta las 5.000. Esto está haciendo que la capacidad hospitalaria de la ciudad se alivie aún antes de saturarse pues de momento las UCI están en el 35.4% de ocupación.