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Linda Tirado says she is now blind in her left eye after being shot by police at protests in Minneapolis. Photo courtesy of Linda Tirado.
Linda Tirado dice que ahora está ciega de su ojo izquierdo después de haber recibido un disparo de la policía en las protestas de Minneapolis. Foto cortesía de Linda Tirado.

Agresiones a periodistas durante las protestas por la muerte de George Floyd habla de un peligroso fenómeno anti-democrático

Al menos 100 incidentes graves se han reportado contra periodistas y medios de comunicación durante las protestas por la muerte de un hombre afroamericano en…

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¿Recuerdan cuando Donald Trump llamaba a los medios de comunicación “el enemigo del pueblo”? Bueno, esa retórica ahora tiene su eco en las calles del país.

Las protestas masivas en todo el país contra la excesiva violencia y la caracterización racial por parte de las fuerzas del orden público han visto también el resurgimiento de un fenómeno frecuente en países con gobiernos menos democráticos: la violencia policial contra los medios de comunicación.

Tras la muerte de George Floyd, un hombre afroamericano de 47 años que perdió consciencia bajo la rodilla de un policía blanco en Minneapolis, las protestas en las calles han escalado exponencialmente durante los últimos días, con una respuesta policial desmesurada.

Según declaró un portavoz del U.S. Press Freedom Tracker, dirigido por la Freedom of the Press Foundation, se han documentado “al menos 100 incidentes diferentes de agresiones contra los medios de comunicación”, tan sólo durante el fin de semana.

Estas cifras aumentaron a medida que aumentaban los focos de protesta en todo el país.

Durante las concentraciones a las afueras de la Casa Blanca el día domingo, por ejemplo, el periodista de MSNBC Garrett Haake fue golpeado por una presunta bala de goma mientras reportaba en vivo. En el mismo lugar, un fotógrafo de CNN fue golpeado por un policía con garrote.

En Nueva York, Tyler Blint Welsh del Wall Street Journal recurrió a twitter para denunciar cómo la policía antidisturbios le había golpeado la cara varias veces y le empujó al suelo.

“Estoy sentado aquí llorando”, escribió. “Esto apesta”.

De igual manera, el reportero de la emisora de radio KPCC, Adolpho Guzmán-López, mostró en Twitter una herida causada por una bala de goma en su garganta.

“Acababa de entrevistar a un hombre con mi teléfono en la 3ª y Pine, y un policía me apuntó y me disparó en la garganta”.

En un momento en el que nada escapa a las cámaras de las redes sociales, la violencia policial ha tomado un puesto en primera fila.

Ali Velshi de MSNBC, Leland Vittert de Fox News y Omar Jimenez de CNN han sido víctimas de una u otra manera del mismo mal que los manifestantes rechazan en la calle: la violencia y el racismo institucionalizado.

Bruce Brown, director ejecutivo del Comité de Reporteros por la Libertad de Prensa, citó el número de informes de periodistas atacados por las fuerzas del orden en un comunicado de prensa.

"Los numerosos ataques selectivos que los periodistas que informan sobre las protestas en todo el país han enfrentado por parte de las fuerzas del orden en las últimas dos noches son tanto reprensibles como claras violaciones de la Primera Enmienda", dijo. "Estos ataques no sólo ponen en peligro nuestra prensa libre, sino que también amenazan nuestra democracia y el papel esencial que los periodistas desempeñan en la salvaguardia de los derechos constitucionales".

Añadió: "Muchos de estos ataques fueron capturados en transmisiones en vivo. Las pruebas de vídeo que muestran a los periodistas bajo asalto policial simplemente por hacer su trabajo son desgarradoras. Condenamos enérgicamente estas acciones y nos pondremos en contacto con las fuerzas del orden en cada jurisdicción para exigir una explicación completa y la rendición de cuentas de los funcionarios que a sabiendas atacaron a los periodistas".

También condenó los ataques a los periodistas por parte de los manifestantes: "Las agresiones a periodistas por parte de los manifestantes son ilegales y dificultan que los periodistas mantengan informado al país durante este período de disturbios civiles", dijo.

Misma violencia, objetivo nuevo

Para periodistas como Molly Hennessy-Fiske, estas agresiones son algo radicalmente nuevo en el oficio.

"He cubierto las protestas de la policía en Ferguson, Mo., Baton Rouge, La., Dallas y Los Ángeles. También he cubierto al ejército de EE.UU. en zonas de guerra, incluyendo Irak y Afganistán. La policía nunca me había disparado hasta esta noche", escribió la periodista en sus redes, después de haber sido atacada junto a reporteros y fotógrafos Minneapolis.

"La Patrulla del Estado de Minnesota avanzaba sobre los manifestantes y nosotros. Nos identificamos como prensa y nos dispararon botes de gas lacrimógeno a quemarropa", dijo Hennessy-Fiske en un vídeo de Twitter, añadiendo que le golpearon en la pierna y tuvo que escalar un muro de ladrillos para poder refugiarse. "Estaba diciendo, '¿A dónde vamos? No nos dijeron adónde ir, no nos dirigieron, sólo nos dispararon".

Periodistas como Linda Tirado, fotógrafa y activista independiente, fueron gravemente heridos, llegando incluso a perder la vista.

Mientras tanto, el presidente seguía escribiendo en Twitter que cadenas como CNN, MSNBC, el New York Times y el Washington Post eran fuentes de “desinformación”.

“Las noticias falsas son el enemigo del pueblo”.

El peso de la retórica presidencial

Las terribles imágenes de personas destrozando las oficinas de CNN en Atlanta a finales del día viernes eran un ominoso cuadro de lo que cosecha el discurso de odio por parte de los líderes políticos en el país.

Y aunque hablar de demagogia contra el periodismo en el país es remontarse a la era Nixon –y más allá–, la presidencia Trump le ha hecho mil veces peor.

"Al denigrar a los periodistas tan a menudo, ha degradado el respeto por lo que hacen los periodistas y el papel crucial que desempeñan en una democracia", dijo Suzanne Nossel, directora ejecutiva de PEN America, organización sin fines de lucro dedicada a la libre expresión, al Washington Post.

"Ha sido notablemente eficaz en contribuir a esta sensación de que los periodistas son la oposición", agregó.

Por su parte, el director ejecutivo del Comité para la Protección de Periodistas, Joel Simon, coincidió en que “Trump aprovechó la hostilidad que ya existía, y la ha acumulado y empeorado.”

"El presidente podría haber bajado la temperatura recordando a la gente que los periodistas son esenciales para nuestra democracia y merecen que se les permita hacer su trabajo", declaró.