Como lo expresaron los tres mandatarios, respaldan “la reanudación del proceso de negociación intervenezolano como única forma de permitir la salida de una profunda crisis que ha llevado a millones de venezolanos a abandonar el país".

Incluso, el presidente colombiano, Gustavo Petro, manifestó en París la meta de elecciones en el 2024. Hace poco más de un mes, Colombia y Venezuela, socios comerciales y muy próximos culturalmente, reanudaron sus relaciones y abrieron la frontera, luego de cuatro año de total rompimiento.

En un informe periodístico de DW, el analista Mariano de Alba, de Crisis Group, centro de estudios internacionales de Bruselas (Bélgica), manifestó que “va a ser arduo y difícil” acordar con apoyo de la comunidad internacional y con garantías el proceso electoral.

Sin embargo, el llamado Foro de París abrió la opción de reanudar las negociaciones entre gobierno y oposición, que fueron congeladas en el 2021.

Lo que señala De Alba tiene que ver con el hecho de que cualquier avance está relacionado con la condición del presidente venezolano, Nicolás Maduro, del “levantamiento de sanciones para una mejora económica sustancial que le permita desplegar programas para demostrar a la población que sí está haciendo cosas por la gente”.

Las sanciones son de la Unión Europea y de Estados Unidos, que internamente deberá dar un viraje en su posición, difícil cuando hay poco ambiente para darle una mano a Maduro. Lo mismo se puede decir de la Unión Europea, que las impuso hace seis años y las renovó en los últimos días por un año más.

No obstante, el portavoz de la UE, Peter Stano, dijo recientemente que "apoyamos los esfuerzos que hagan los venezolanos para encontrar una salida a la situación actual".