Colombia elige hoy su presidente para los próximos cuatro años
Gustavo Petro, candidato de una coalición de centro izquierda, es el favorito de acuerdo con las encuestas.
Si él o cualquiera de los otros cinco candidatos no logran más de la mitad de los votos, habrá segunda vuelta el próximo 19 de junio entre los dos más votados.
De ganar Petro, líder del Pacto Histórico, será un hecho inédito en el país suramericano, en donde el poder político siempre ha estado en los sectores de derecha y centro derecha. Ya el 13 de marzo pasado se dio el primer campanazo de lo que podría ser el cambio político en Colombia. Más de 17 millones de hombres y mujeres mayores de 18 años votaron para elegir el nuevo Congreso. El Pacto Histórico logró la mayor votación en el Senado y en la Cámara, un hecho sin precedentes en Colombia para una agrupación con origen en la izquierda, que siempre ha estado en la oposición.
En contraste, el uribismo y el Centro Democrático, partido de Gobierno y agrupación de derecha creada y dirigida por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, sufrieron la mayor derrota en 20 años: Perdió 22 curules y dejó de ser la primera fuerza política del país.
Gustavo Petro fue alcalde de Bogotá, la capital, y es uno de los senadores más destacados del Congreso colombiano. En la década de los años 80 fue miembro de la guerrilla del M-19, organización armada de izquierda no marxista que en 1990 firmó un acuerdo de paz. Como parte de esa negociación, se convocó una Asamblea Constituyente, que en 1991 reformó la Constitución.
La pareja de Petro para la vicepresidencia es Francia Márquez, líder afrocolombiana y víctima del conflicto armado. Sería otra circunstancia novedosa si ganan las elecciones, ya que sería la primera mujer negra que llega a ese alto cargo.
La victoria de Petro implicará un cambio importante en el mapa político del continente, sumándose a la victoria de Gabriel Boric, en Chile, y de Xiomara Castro, en Honduras, configurándose una nueva izquierda en la región. A ellos se sumaría Luiz Inácio Lula Da Silva, favorito en las presidenciales de octubre en Brasil.
Internamente significará la implementación efectiva del acuerdo de paz con las extintas FARC firmado en 2016, pero aplicado tibiamente por el actual gobierno, cuyo partido Centro Democrático se opuso a las negociaciones de paz. Implicará una profunda reforma agraria para beneficiar a millones de campesinos víctimas de la guerra y la presencia del Estado en varias regiones en manos de organizaciones armadas ilegales.
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También representará cambios en la política social y en la política económica, la defensa del medio ambiente, la suspensión del fracking y un proceso de transición energética a 12 años. Asimismo, se promoverá la revisión de los tratados de libre comercio y el impulso a una nueva industrialización del país. En la agenda también está la revisión con Estados Unidos de la política antinarcóticos, el retorno al multilateralismo en la política internacional y el descongelamiento de las relaciones con Venezuela, que ha afectado drásticamente a las poblaciones de la frontera,
Además de Petro, para las elecciones de este domingo participan Federico Gutiérrez, de una alianza de partidos de derecha y el candidato gobiernista, quien es segundo en las encuestas; Sergio Fajardo, de la Coalición Centro Esperanza, de centro; Rodolfo Hernández, un exalcalde populista de derecha y que ha trascendido por sus posiciones contra la corrupción. A ellos se suman, el conservador Enrique Gómez y el aspirante cristiano John Milton Rodríguez, también de derecha y muy poco favorecido en las encuestas.
Las elecciones legislativas de marzo estuvieron envueltas en un escándalo de fraude, al punto que en un reconteo se descubrieron más de un millón de votos que se habían “extraviado”, la mayoría del Pacto Histórico. Pese a la evidencia, el partido de gobierno y la coalición de derecha que apoya al candidato Federico Gutiérrez argumentaron que el fraude fue orquestado por la izquierda en alianza con el registrador nacional, el responsable de la logística electoral, nombrado por el mismo gobierno.
Para las elecciones de hoy, la oposición ha manifestado que no hay garantías plenas para una jornada transparente. Incluso, ha denunciado la compra y venta de votos en algunas regiones del país, dominadas por clanes familiares que han dominado la economía y la política por años. En esas circunstancias, organizaciones internacionales hacen presencia en calidad de observadores para denunciar cualquier anomalía que se presente.
Se espera que unos 20 millones de personas acudan a las urnas. La abstención es cercana al 46%.
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