"¡Deberías haber sido tú!", gritó alguien en la multitud de cientos de personas cuando el senador de Vermont Bernie Sanders subió al podio el sábado 20 de agosto para un mitin sindical con intenciones nacionales en el Independence Mall de Filadelfia.

"Pues soy yo. Estoy aquí con vosotros", respondió Sanders, recibiendo un sonoro aplauso de la multitud.

Enfundado en una gorra de los Teamsters y junto a los líderes sindicales nacionales Sean O'Brien y Sara Nelson, Sanders tocó todos los puntos que se han convertido en señas de identidad de sus discursos desde que se postuló por primera vez a la presidencia en 2016: sanidad gratuita, aumento del salario mínimo y lucha contra la avaricia de las empresas. 

Todas son cosas, dijo, que los sindicatos ayudan a conseguir o combatir.

"Cuando eres miembro de un sindicato, obtienes mejores salarios, mejores condiciones de trabajo, entiendes el concepto de pensión", dijo Sanders. "No eres sólo un engranaje de una máquina. Eres un ser humano que tiene unos derechos".

Sanders y su colega Sean O'Brien, presidente nacional de los Teamsters, también hablaron de la importancia de unos sindicatos fuertes para que el país tenga una clase media sólida. 

Para O'Brien, significó mantener a su familia a flote mientras lo criaban a él y a sus hermanos en el barrio de Charlestown de Boston. Sanders se hizo eco de esa historia a nivel nacional en su discurso.

"Si vamos a salvar a la clase media de este país, vamos a hacer crecer el movimiento sindical", dijo.

Eso en medio de un momento en el que muchas familias de clase media y trabajadora todavía se están recuperando financiera y mentalmente de una pandemia única en la vida. Sanders denunció los beneficios obtenidos por las corporaciones en los últimos dos años y medio y la riqueza que no ha hecho más que aumentar mientras el COVID-19 apagaba el mundo.

"Eso es un escándalo moral", dijo a la multitud.

Sin embargo, frente a esas luchas, Sanders ofreció un mensaje empoderador y esperanzador sobre el futuro de la lucha laboral nacional.

Las recientes victorias sindicales en un almacén de Amazon en Staten Island y el creciente número de victorias en las sucursales de Starbucks en todo el país son signos de que el senador de Vermont puede estar en algo con su optimismo. Filadelfia cuenta ahora con cinco Starbucks sindicalizados como resultado de la oleada.

"Ha llegado el momento de enfrentarse a la oligarquía que gobierna este país", dijo, refiriéndose a las empresas estadounidenses, a las que sus colegas O'Brien y Nelson golpearon por igual.

Lo que todos tenían en común, más allá de los golpes, era la voluntad de seguir luchando, con o sin éxito.

"Hoy estamos unidos para enfrentarnos a la codicia. Estamos unidos para hacer cambios fundamentales en nuestras prioridades nacionales", dijo Sanders.