Puede que el dato pille por sorpresa a los usuarios diarios de SEPTA, pero lo cierto es que el sistema de transporte público de Filadelfia ha sido elogiado por ser el mejor del país.

Sin embargo, para muchos, un trayecto en SEPTA equivale a montarse en la vieja minivan de su madre, algo muy práctico, pero no exactamente chévere.

Necesitada de reparaciones, renovaciones estéticas y otras mejoras en temas de accesibilidad, los trayectos en SEPTA ofrecían un marco de grandeza, pero con poca chispa. Hoy, gracias a la financiación obtenida de las arcas federales y la visión de futuro de su exdirector general, Joseph Casey, SEPTA ha recuperado finalmente la atención y cuidados necesarios y logrado eclipsar a los demás sistemas de transporte público en todos los aspectos.

Expandiendo los planes y triunfos de su predecesor, el actual director general Jeffrey D. Knueppel pretende convertir SEPTA en el sistema del futuro.

Después de dos años al frente de la empresa y otros 27 trabajando para la compañía, Knueppel ha visto crecer su carrera profesional  dentro de la autoridad de transporte público de Filadelfia.

Con dos títulos de ingeniería a sus espaldas, Knueppel empezó a trabajar en la SEPTA desde la base, así que no hay ningún aspecto en las operaciones de la compañía que se le escape.

Gracias a su esfuerzo y dedicación, SEPTA ha experimentado varios cambios que finalmente han dado su fruto.   

“Hemos superado el problema de la flota de trenes; hemos superado el problema de la línea L;  acabamos de superar una huelga de casi una semana. Un puñado de cosas malas, sí, pero también hay un montón de cosas buenas que estamos deseando ver”, aseguró.  

De la reciente implementación de la “SEPTA Key”, el nuevo pase de transporte —válido tanto para los trenes de la zona urbana como para los de la zona regional—, a la construcción y remodelación de las estaciones de City Hall y 15th St, los cambios en la compañía acaban de empezar.

Con muchos de estos cambios en proceso a partir de este mes, el viaje de SEPTA hacia los ferrocarriles del futuro acaba de alcanzar su primera parada. Para finales de este año, los usuarios diarios del transporte público de Filadelfia también tendrán ocasión de ver los primeros autobuses híbridos y eléctricos en la ciudad del amor fraternal, que parece dispuesta también a ofrecer su mano afectuosa a la madre tierra.

En total, está previsto que 25 autobuses eléctricos y 15 locomotoras eléctricas entren en servicio este mismo mes, mientras que la última tirada de trenes llegará a la ciudad en noviembre de 2018.

Y usted, el viajero habitual, afligido y desilusionado, se estará preguntando: “Muy bien, ¿cómo me beneficiarán esos cambios?”

La respuesta le sorprenderá . Los planes de mejora de SEPTA también incluyen el interior:  525 autobuses híbridos equipados con wi-fi, puntos USB para recarga de batería, pantallas de información para el pasajero con tecnología LED y asientos ergonómicos, que irán sustituyendo a los antiguos, hasta el año 2021.

Más allá de los asientos bonitos y los avances tecnológicos, los usuarios también pueden esperar más pasajeros y más trayectos eficientes, evitando los pasillos colapsados durante las horas pico, con el estreno de los 45 multi-niveles de la CRRC-MA Corporation entre diciembre de 2019 y julio de 2020.

“Ha sido muy difícil conseguir ser una empresa pública, ofrecer un servicio público y al mismo tiempo ser un negocio rentable”, dice Knueppel. “Intentamos ser buenos empleados al servicio de los contribuyentes, y a la vez que nos esforzamos para que este servicio sea mejor y más consolidado, debemos preocuparnos también de que sea rentable.”

A pesar del reto que supone mantener este equilibrio, la compañía está consiguiendo avanzar en lo que se refiere al aumento de usuarios, los ingresos y a la mejora de la experiencia de viaje.

El éxito de SEPTA y las mejoras que veremos en los próximos meses tienen mucho que ver con la historia de la compañía y el trabajo de base realizado en el pasado.

Desde sus inicios, en 1902, la Philadelphia Rapid Transit Company estuvo orientada a convertirse en la principal autoridad de transporte de la ciudad. La compañía ha tenido que superar grandes retos, como la financiación de la construcción de una línea rápida elevada para expandir la red viaria desde el río Delaware hacia el oeste, o la consolidación de los sistemas de transporte público regional para crear la SEPTA en 1964, pero se ha mostrado siempre confiada en sus planes de progreso.

El resto, como dice el refrán, “es historia”. Una historia que incluye diversos conflictos laborales y algunas tragedias, pero, en general, SEPTA ha conseguido llevar con éxito su misión básica. El sistema de transporte regional ha permanecido intacto, e incluso se han añadido  nuevas infraestructuras, como la línea del aeropuerto y el túnel suburbano.

Mejorar el servicio a los latinos, una prioridad

Junto a las transformaciones en tecnología e infraestructuras, SEPTA también está trabajando para mejorar la experiencia diaria de viaje de uno de los grupos de pasajeros que más crece: los latinos.

“La comunidad hispana en cifra de pasajeros está creciendo tanto que simplemente vale la pena prestar más atención a un sector tan importante de nuestra creciente base de clientes”, explica Knueppel.

Las cifras más recientes indican que el número de pasajeros latinos en el total de los cinco condados de la región ronda los 329.000, de los cuales más de 207.700 corresponden al condado de Filadelfia.

Según una encuesta realizada a 1.200 usuarios de la red de transporte público, el 6 por ciento eran hispanos, aunque se espera que la cifra continúe aumentando.

Entre las mejoras que SEPTA planea incluir para satisfacer al usuario latino se incluyen quioscos bilingües y páneles informativos con información sobre “SEPTA Key” en español, así como un equipo de empleados hispanohablantes en el departamento de atención al cliente.

Las renovaciones realizadas en la línea Market-Frankford también estarían dentro de esta política, ya que se trata de la línea más usada por la comunidad latina de Filadelfia, según informes de la compañía.

Con tantos cambios en marcha, no solo para la comunidad latina, sino para todos los usuarios de los cinco condados de la región, ¿podrá la empresa seguir el ritmo de la innovación?

 Después de 29 años dentro de la compañía, el actual director general de la SEPTA, Jeffrey D. Knueppel, ha visto transformar la compañía desde la base.

Sin embargo, cuando en 2015 asumió la dirección, sustituyendo a Joseph Casey, era consciente de que todavía quedaban muchas cosas por hacer.

Y aún y así, a pesar de la necesidad de reparaciones y los problemas financieros que afrontaba la empresa, SEPTA fue nombrada mejor sistema de transporte urbano de Estados Unidos por la Asociación Americana de Transporte Público y clasificada en la posición número 33 en el ranking elaborado por la revista Forbes en 2015 sobre las mejores empresas para trabajar del país.

Las iniciativas de financiación estatal iniciadas por Casey mediante la Ley 89, que ayudaron a SEPTA a conseguir $534 millones, han continuado bajo Knueppel. A pesar del aumento de la financiación estatal, Knueppel manifestó que la obtención de fondos para la compañía sigue siendo una de las principales preocupaciones para garantizar la SEPTA del futuro, y también cree que es necesario abocarse de lleno en la organización para poder realizar verdaderos cambios.

“Estoy convencido de que he tomado mejores decisiones después de conocer bien el trabajo de cada empleado”, explicó.

Su rol de director general al frente de una empresa en cambio constante está en línea con su historial: “lo más probable es que sea yo quien esté construyendo cosas”, concluyó Knueppel al ser preguntado por su estilo de gestión.

Coherente con su misión desde el inicio de su carrera y con un gran conocimiento de la estructura básica y el funcionamiento de la empresa, Knueppel se sentó con el equipo de AL DIA NEWS para conversar en exclusiva sobre la transformación de SEPTA y su próxima parada: la innovación.

¿Cómo logra asegurar que el sistema de SEPTA funcione tan bien?

En otras ciudades existe menos coordinación entre el tren de cercanías y los buses porque nuestro sistema es diferente. Trabajamos muy duro para asegurar que nuestro sistema opere de manera integral y no como servicios individuales. Es increíble ver las estadísticas sobre las altas probabilidades de que alguien logre desplazarse a donde necesita utilizando nuestro sistema de transporte masivo. Filadelfia es una ciudad vieja, así que trabajamos fuera del sistema de cuadrícula. La red está activa desde hace algún tiempo. Realmente se trata de mejorarla a través del tiempo.

¿Cuáles son los proyectos actuales de mejoras y cuánto dinero se ha invertido en ellos?

Tenemos docenas y docenas de proyectos en toda la red, pero hablando puntualmente de los esfuerzos dentro de la ciudad, tenemos 525 buses que se unirán a la red, pantallas LED para información al pasajero, etc.

Siempre trabajamos arduamente para asegurar que nuestra red de buses sea sólida, porque si algo necesita actualizaciones es la red de buses, que siempre puede ser mejor.

Porque, a diferencia de la red de trenes, las rutas de buses son geniales en términos de flexibilidad, las podemos cambiar según las necesidades. Por otro lado, la red de buses transporta a la mitad de nuestros pasajeros, así que es algo a lo que dedicamos buena medida de nuestra atención. También tenemos planeado cambiar los buses simples por buses articulados. Desde el año 2000, los vehículos han aumentado su uso en un 20 por ciento y frecuentemente nos quedamos sin espacio suficiente. Entonces, en vez de tener un bus de un solo carro, el articulado brinda dos o tres vagones más. Eso implica un cambio en nuestra infraestructura para ajustarnos.

Pero todo eso vendrá más adelante. Hemos elevado la línea L (…) en combinación con la construcción de la 15th ST y City Hall, han sumado unos 150 millones de dólares. Y los ascensores se incorporarán en todas esas locaciones.

En un momento los ingenieros no sabían como lograr la accesibilidad para la Briad ST y la calle 15 pero esa construcción empezará pronto. Estamos mejorando los vehículos, los suelos, los asientos, las luces y todos cambios necesarios. También incorporaremos plazas para adultos y personas con discapacidad, así como cámaras de seguridad.

Uno de los cambios más tangibles ha sido la SEPTA Key. ¿Qué conllevó a ese tipo de cambios y cuál ha sido la respuesta de los usuarios?

Hoy en día es difícil mandar a hacer los tradicionales tokens. Somos una de las últimas agencias grandes, así que estamos retrasados. Tuvimos dificultades financieras para reemplazar nuestro sistema. Se trata realmente de un asunto de eficiencia el no tener que manejar todo en dinero efectivo. También representaba un asunto de seguridad el poner todo ese dinero en las manos de nuestros empleados. Era sencillamente demasiado que manejar desde el punto de vista de negocio, entonces [el cambio a la Septa Key] nos hace más eficientes desde el punto de vista de servicio y es una manera genial de hacer de nuestro servicio una manera más fácil de viajar.

En el pasado había sistemas en los que no se podía viajar no le vendían un tiquete o si una persona no tenía dinero en efectivo para comprarlo. Ahora hay máquinas en cada estación e incluso se puede pagar con una tarjeta de crédito o débito si no se cuenta con efectivo en el momento de ingresar al sistema.