El senador estatal de Ohio Jerry Cirino presentó la semana pasada el proyecto de ley 83 del Senado, que prohibiría la huelga del personal y los empleados universitarios. 

Según el Ohio Capital Journal, David Jackson -presidente de la Asociación de Profesores de la Bowling Green State University, una sección de la Asociación Americana de Profesores Universitarios (AAUP) y de la Federación Americana de Profesores- dijo que el proyecto de ley proponía un "conjunto de normas de talla única para los complejos y diferentes tipos de universidades que tiene el estado de Ohio". 

De aprobarse, el proyecto de ley prohibiría los "prejuicios" en las aulas por parte de los educadores, los programas con escuelas chinas, la formación obligatoria en diversidad, las huelgas laborales y los boicots o desinversiones. También exigiría que los cursos de historia de Estados Unidos, los programas de estudios públicos y la información sobre los profesores se pusieran en línea. 

Dirigentes educativos del estado criticaron la viabilidad de aplicar un proyecto de ley de este tipo, afirmando que exigiría mucho a los administradores. 

Los sindicatos están criticando activamente el proyecto de ley, ya que elimina "la capacidad de huelga de los profesores, limitando el poder que los sindicatos pueden aportar a la mesa de negociación". 

"Ya no tienen que negociar, porque no tienen que preocuparse de que el profesorado vaya a la huelga", afirma Sara Kilpatrick, directora ejecutiva de la sección de Ohio de la Asociación Estadounidense de Profesores Universitarios. 

Además, dicen que esto podría alejar a los educadores de Ohio, y hacer que los actuales se marcharan. Creando un problema para la educación superior en el estado, los estudiantes también buscarían otros lugares donde obtener su educación, impactando en todo el sistema. 

"La capacidad de hacer huelga es fundamental para la negociación colectiva", añadió Kilpatrick. "Si el profesorado no tiene derecho a la huelga, no estamos ante una negociación colectiva. Es mendicidad colectiva, porque es la única baza que tiene el profesorado para conseguir que la dirección se siente a la mesa a negociar".

La semana pasada, en Filadelfia, la Temple University Graduate Student Association (TUGSA) aceptó un acuerdo provisional con la universidad tras seis semanas de huelga. El movimiento recibió el apoyo de muchos líderes locales y nacionales, especialmente después de que la universidad recortara la remisión de matrícula y la asistencia sanitaria de los estudiantes que participaban en la huelga. 

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