Por qué Buffalo es la mejor ciudad de U.S. para los refugiados climáticos
El declive industrial redujo su población a la mitad, pero Buffalo, en Nueva York, está llamada a convertirse en la ciudad más segura de U.S en tiempos de…
En tanto Estados Unidos enfrenta la crisis migratoria poniendo más trabas a los millones de personas que abandonan sus hogares en busca de trabajo y cobijo, la ciudad de Buffalo, al oeste de Nueva York, espera nuevas oleadas de refugiados climáticos que revivan sus calles y vuelvan a abrir tiendas e industrias.
El reclamo: el clima fresco de la región y su abundancia de agua dulce, además de que, tras su declive como potencia industrial, hay espacio de sobra, anunció su alcalde, Byron Brown, para acoger a personas que se han visto desplazadas debido a las inclemencias del tiempo y los desastres naturales”.
Porque Buffalo es “Ciudad Refugio del Clima” y ya ha celebrado la llegada de numerosos puertorriqueños huyendo de los efectos castastróficos del Huracán María, según reportaba Mother Jones.
Desde 1965, las temperaturas han aumentado en todo el territorio de los Estados Unidos dos grados. Los incendios de este verano en California, las inundaciones en el Medio Oeste y los vientos huracanados a lo largo de la costa del Golfo son la prueba de que el calentamiento del planeta democratiza el caos, excepto en el oeste de Nueva York.
Al menos eso aseguran científicos como Stephen Vermette, de SUNY Buffalo State, quien ha investigado los efectos del cambio climático en la región sin encontrar ninguna evidencia de mayores precipitaciones ni olas de calor más severas, gracias a la brisa del Lago Erie, que según apunta, actúa como un aparato de refrigeración natural, manteniendo la ciudad fresca incluso en los días más calurosos.
¿A qué se debe este curioso efecto de “microclima”? ¿Podría llegar a ser Buffalo el último reducto de vida que se adapta al caótico entorno, una cúpula en medio de un desierto futuro?
“La forma en que lo describí en una reunión fue la siguiente: `Con el cambio climático, el mundo va a apestar, pero Buffalo puede apestar menos'’, dijo. "Puede que no sólo seamos capaces de adaptarnos. "Podemos prosperar como región en un mundo donde el clima está cambiando".
Con dos estaciones y no cuatro, si bien ciudades como Los Angeles o San Diego están condenadas a la sequía, la olvidada Buffalo, cuyo declive industrial ha provocado un enorme descenso de población en los últimos 70 años, no solo tendrá un suministro de agua constante -la región de los Grandes Lagos alberga el 20% de la superficie de agua dulce del mundo-, sino que además hoy día no cuenta con más de 260.000 habitantes, lo que significa que hay mucho espacio vacío que ocupar.
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Investigadores como Vivek Shandas, profesora de planificación urbana de la Universidad Estatal de Portland, afirman que para finales de este siglo los 82 condados de Estados Unidos van a experimentar cambios que llevarán a miles de personas a buscar refugio en el norte, y “Buffalo está muy bien situado en muchos sentidos". Sin embargo, la ciudad no ha dado a conocer aún cómo se prepara para esta deseada afluencia de refugiados climáticos, a pesar del discurso de su orgulloso alcalde.
Lo que supone un enigma y un tremendo riesgo para los migrantes de lugares como Puerto Rico, que llegan a la ciudad en busca de vivienda asequible y empleo. ¿Se transformará Buffalo en una "galia" climática para burgueses? ¿Qué sucedería si las clases más adineradas de ciudades como Miami o Nueva York se mudasen a este frío paraíso a orillas del lago Erie? ¿Habría lugar para esos otros refugiados climáticos?
"Digamos que Buffalo se convierte en un imán que atrae a todos los que buscan un buen lugar para vivir. Se convertirá en la versión de la Costa Este de San Francisco", se preguntaba Henry Louis Taylor Jr, director del Centro de Estudios Urbanos de la Escuela de Arquitectura y Planificación de la Universidad de Buffalo.
“¿Recrearemos esencialmente lo que yo llamo la "Ciudad Blanca"? Una urbe para gente blanca y otros grupos que pueden permitirse el lujo de vivir allí".
Para su alcalde, no obstante, el mayor problema no es el futuro aburguesamiento de Buffalo, ni que aumente el precio de la vivienda, sino los bajos ingresos de su población actual. Por eso, sus esfuerzos políticos están enfocados a la creación de empleo, aunque los expertos apunten que son necesarias mayores medidas que protejan a la clase trabajadora de futuras oleadas de migrantes acaudalados.
De hecho, en los últimos años y debido al reclamo de su bajo coste de vida y su apodo de “Refugio del Clima”, Buffalo ha ido recogiendo un lento pero progresivo aumento de profesionales del sector tecnológico, y amenaza, advierten, con reproducir el modelo de ciudades como San Francisco o Nueva York, donde es el mercado y no una política justa el que rige sobre la vida de la gente.
Bienvenidos a Buffalo. Bienvenidos al último reducto de U.S. donde aún se pueden pescar salmones y la ola de calor es apenas una suave ondulación. Bienvenidos, dicen algunos, y adiós.
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