Adiós a Rolando Pulido, el diseñador de la disidencia cubana
Diseñó escenarios para el Saturday Night Live y el grafismo de la mítica librería Strand de Nueva York, pero su trabajo también fue político.
Falleció demasiado pronto, a los 58 años de edad, y en un hospital del Bronx de Nueva York. Aunque lo hizo rodeado de numerosos amigos como el escritor exiliado Orlando Luis Pardo, quien escribió en Facebook:
“Agradecido de corazón por toda la solidaridad que le transmitimos hasta el final”.
El diseñador y artista Rolando Pulido nos dejó el pasado viernes 15 de enero, tras una larga lucha y una campaña de recaudación de fondos de sus amigos para ayudarlo a afrontar los costos de una terapia física en casa que no llegó a disfrutar.
Pero su recuerdo es tan imperecedero como la obra de uno de los más geniales diseñadores latinx llegados desde la isla.
Nacido en Cienfuegos, Cuba, Pulido abandonó el país en la década de los 80’ durante el éxodo del Mariel, una de las mayores migraciones del siglo XX. Aunque su marcha le causó, según explicó en numerosas entrevistas, un masivo acto de repudio en su país de origen.
"La Cuba que conocí no me había gustado ni un poquito. Había sido el lugar donde desde que nací me trataban de adoctrinar con una ideología que no me gustaba, que no era la que mis padres hubieran preferido para mí", explicó años después.
Un país, aseguró, donde un extranjero tiene más derecho a ser libre que un nacional y del que se le prohibió “tocar su suelo”.
Sin embargo, Nueva York fue para la carrera del diseñador cubano y un despegar infinito entre rascacielos. Realizando numerosos trabajos que marcarían por siempre la imagen cultural de la ciudad, como el diseño del club de jazz Blue Note, el bar Cooper’s, la librería Strand e incluso algunos de los sets del mítico programa Saturday Night Live.
Con el auge de Internet y la apertura de Cuba al ciberespacio, Rolando Pulido vio su oportunidad para recobrar, aunque virtualmente, su contacto con la isla iniciando su activismo en 2007 con el diseño de campañas virtuales y logotipos unidos al boom de la blogsfera.
Su feroz denuncia en las redes de la falta de democracia en Cuba fue un altavoz para muchos reporteros cubanos:
"Por muchos años busqué la manera más eficaz de denunciar las atrocidades que suceden en Cuba por parte del gobierno y encontré que es a través de mi trabajo gráfico", sostuvo el artista. "Hoy gracias a la internet, puedo compartir mi trabajo con otros cubanos en muchas partes del mundo, incluso de dentro de la isla y hacer proyectos juntos".
Su activismo estético y visual, lleno de la rabia, el dolor y la solidaridad con la isla que lo vio nacer y a la que ya no volvió es su mayor legado.
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