No habrá un Latino que no recuerde haber visto a su familia paralizada cuando era la hora de que Walter Mercado nos leyera el horóscopo en la pantalla del televisor.

Sus túnicas de colores y múltiples anillos enmarcaban a un encantador personaje que reunió a mas de 120 millones de espectadores diarios durante 30 años a las ondas de Telemundo y Univisión.

Tal fue el impacto de Mercado en el inconsciente colectivo, que su estética es considerada como pionera en la comunidad LGBTQ de Latinoamérica, y su “mucho, mucho amor” es una muletilla en el lenguaje de muchos hispanos alrededor del mundo.

Es por ello que la comunidad está de luto, después de que el icónico y extravagante personaje de la cultura popular dijera adiós el pasado sábado en su isla natal, Puerto Rico, a los 87 años.

Tras un problema cardíaco en diciembre del 2011, la salud del glamoroso astrólogo empezó a decaer, y finalmente falleció tras el colapso de su sistema renal, según reportó la Associated Press.

Nacido el 9 de marzo de 1932 en Ponce (Puerto Rico), Mercado era hijo de una puertorriqueña y un español, y creció convencido de sus habilidades espirituales.

Tras formarse como pedagogo y psicólogo, incursionó en la danza clásica, transformándose en uno de los bailarines más importantes en Puerto Rico, según recordó El Nuevo Día.

Fue su trabajo como actor en telenovelas como Un adiós en el recuerdo y Larga distancia lo que le abrió las puertas a la pequeña pantalla. Pero la invitación del productor Elín Ortíz a su programa cambiaría para siempre su carrera y la historia de la televisión latinoamericana.

Sus predicciones se volvieron las favoritas de los espectadores desde 1970 entre horóscopos diarios, lecturas del tarot y una puesta en escena única en la historia, marcada por su estrambótica presencia y sus famosos deseos de “mucho, mucho amor” para todos los espectadores.

Después de 15 años de trabajo en la cadena Univisión, Mercado se retiró del cotidiano en 2010, inaugurando su página web donde ofrecía servicios de tarot, preguntas y respuestas, y sus tradicionales horóscopos.

En octubre de ese año anunció su cambio de nombre a “Shanti Ananda” (paz y felicidad en Sánscrito). En el 2012, un problema cardíaco le hizo virar el norte y decidió dedicarse a la fundación Shanti Ananda en Puerto Rico, un centro místico para jóvenes.