El paso de Amanda por El Salvador y Guatemala marcó el inicio de la temporada ciclónica en el Atlántico. Así, los dos países centroamericanos suman la alerta roja por causas meteorológicas a la crisis sanitaria por el coronavirus.

 La tormenta tropical golpeó con mayor fuerza El Salvador, donde dejó un saldo de 15 muertes, 7 desaparecidos, 24 mil afectados, 7.225 personas que han debido refugiarse en albergues y más de 900 casas destruidas por las lluvias, según reportó El Salvador Times.

En su paso por Guatemala, Amanda perdió fuerza. Aún así, dejó el saldo de dos muertes, 44 mil personas afectadas y 616 viviendas dañadas, de acuerdo a los medios locales Prensa Libre y República.

Pese a haber decaído a la categoría de depresión tropical, el National Hurricane Center calcula que tiene un 80% de probabilidades de fortalecerse en las condiciones del Golfo de México, donde ya está entrando.

Tanto para El Salvador como para Guatemala las inundaciones causadas por Amanda suponen un agravante a los esfuerzos que ya estaban haciendo ambos países para contener la COVID–19.

Para el caso de El Salvador, el presidente Nayib Bukele anunció un segundo estado de emergencia, por 15 días, y la Asamblea Legislativa salvadoreña aprobó el uso de 389 millones de dólares, provenientes de un financiamiento rápido con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la atención de los desastres causados por Amanda y la recuperación y reconstrucción económica del país.

En Guatemala, el presidente Alejandro Giammattei anunció la disposición de 1.484 albergues en todo el terrritorio nacional y la intensificación del testeo de otro tipo de enfermedades tropicales –como el Zika y el dengue–, además de las que ya están practicando para COVID–19.