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"Tener o no tener. Esa es la cuestión". Photo: BBC.
"Tener o no tener. Esa es la cuestión". Photo: BBC.

Generación ”Childfree”: No tener hijos para salvar el planeta

Mientras los científicos alertan de que la pandemia ha hecho caer en picado la natalidad, las generaciones ‘Z’ y millennial alegan tener motivos sobrados para…

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Desde hace unos años proliferan en redes como Reddit y Facebook grupos antinatalistas que cuentan con miles de miembros. Sus argumentos son variados, desde la visión más trágica de la vida como un camino de sufrimiento innecesario, el sin sentido de la existencia,  la herencia genética, la maldad del ser humano, la brutal crisis económica o la ecología. 

Un movimiento filosófico cuyas raíces son muy antiguas y pueden rastrearse hasta las primeros doctrinas religiosas, desde el budismo y el marcionismo y catarismo, y cuyos máximos exponentes fueron el padre del pesimismo, Arthur Schopenhauer, y el economista Thomas Malthus.

Uno de los casos más delirantes y ligado a la cuestión del consentimiento ocurrió hace un par de años en India, cuando un joven YouTuber, Raphael Samuel, anunció en un video que quería denunciar a sus padres por haber engendrado sin consultarle y lanzó la campaña Stop Making Babes, defendiendo que nacer es lo peor que le puede pasar a una persona. 

Algo que desde la academia también defiende el filósofo sudafricano David Benatar, quien publicó el ensayo Better Never To Have Been centrándose en un necesario control de la natalidad para evitar la superpoblación y sus efectos en el medioambiente. Benatar argumenta que “haber sido arrojado a la existencia no es un beneficio, sino que siempre es un mal”. 

Todo esto sucedía hace un par de años pero, según un nuevo estudio de la Universidad de Arizona, la tendencia está en alza, sobre todo por preocupación de muchos jóvenes por el cambio climático y la incertidumbre por el futuro del planeta.

Un equipo de investigadores entrevistó a unos 24 adultos entre 18 y 35 años que afirmaron que el calentamiento global ha sido capital a la hora de decidir si tener o no hijos. Algo que coincide con otra encuesta reciente realizada por Morning Consult sobre una muestra de 4.400 estadounidenses y en la que uno de cada cuatro adultos aseguraba que ese era el motivo de no haber tenido hijos. 

Una alternativa de bajo carbono

Los datos oficiales no invitan a fecundar: La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya advertía en 2019 que casi 690 millones de personas pasaban hambre en el mundo y que este número había aumentado en 10 millones respecto al año anterior y en 60 millones respecto a cinco años antes. 

¿Por qué sus futuros y poco probables vástagos iban a sembrar el caos, aumentar la huella de carbono y vivir una vida desgraciada?, se preguntan ‘Z’ y millennials conscientes.

"Muchas personas se ven ahora gravemente afectadas en términos de salud mental por las preocupaciones sobre el cambio climático", escribió Sabrina Helm, profesora asociada de ciencias de la familia y del consumidor y una de las autoras principales del estudio realizado por la Universidad de Arizona.

"Luego se añade esta decisión tan importante de tener hijos, que muy pocos toman a la ligera, y este es un tema importante desde la perspectiva de la salud pública. Todo ello está relacionado con este tema más amplio de cómo el cambio climático afecta a las personas más allá del efecto inmediato de los fenómenos meteorológicos", añadió.

Curiosamente, los meses de confinamiento por la pandemia de COVID no han aumentado el número de nacimientos. La negrura por el contexto social, económico y sanitario ha pasado factura al deseo reproductivo de muchos, como prueba otro informe de la Brookings Institution que califica los últimos 12 meses de “crisis de bebés COVID” y predice entre 300.000 y 500.000 nacimientos menos en 2021. 

Y esta cuestión, el “tener o no tener”, ya ha llegado incluso a la política. Con reflexiones como la que hizo en 2019 la representante Alexandria Ocasio-Cortez en una transmisión en vivo a través de Instagram.

“Básicamente, hay un consenso científico de que la vida de los niños va a ser muy difícil", dijo. "Y sí lleva, creo, a los jóvenes a tener una pregunta legítima: ¿Está bien tener hijos?". 

Si bien sus comentarios suscitaron en aquel momento reacciones airadas de los expertos conservadores e incluso fue tachada de “fascista”, lo cierto es que Ocasio-Cortez se estaba haciendo eco de los nuevos aires de una era en que los niños ya no nacen con un pan debajo del brazo, sino con una deuda heredada.