Las identidades diversas existen, sean étnico-raciales, religiosas, sexuales o de cualquier otra índole; sin embargo se han venido silenciando históricamente. Un claro ejemplo es el de la comunidad afromexicana, quienes recién en 2020 entraron en el censo del país. 

Por primera vez en la historia de México, luego de muchos años de lucha y reclamos, una pregunta crucial ha sido incluida en el censo:

"Por sus costumbres y tradiciones, ¿se considera usted afromexicano, negro o afrodescendiente?".

En Latinoamérica, la categoría "afrolatinx" se asociaba directamente con los países caribeños, en los que las poblaciones afrodescendientes son mayoría étnica. Pero esto no quiere decir que en el resto del continente no existan. Los africanos llegaron a todo el continente esclavizados por los colonos y en mayor o menor medida, se mezclaron con el resto de la población o simplemente fueron separados e invisibilizados en la historia. 

La campaña #AfroCensoMx, una lucha constante para añadir la categoría negro/afromexicano al censo, ha tenido como objetivo poner en la agenda política cuestiones sobre la identidad.

En México, gran parte de los ciudadanos se identifican como mestizos, es decir una mezcla de raíces indígenas, europeas y, para algunos, africanas.

Que exista la categoría y por tanto la posibilidad de autodenominarse negro, afrodescendiente o afromexicano es un avance y un logro en términio identitarios. Sin embargo esta ‘categoría’ revela información importante sobre una comunidad que ha estado por años silenciada.

Bobby Vaughn, antropólogo afroamericano especializado en la comunidad mexicana negra, lo dijo sin rodeos: "Los mexicanos afrodescendientes no tienen voz y el gobierno no hace ningún intento de evaluar sus necesidades, ni siquiera se esfuerza por contarlos".

En general, los datos recogidos del censo nos ponen en contexto de la situación actual de la comunidad afromexicana.

Ahora sabemos que el 2% de la población de México se reconoce como afromexicano o afrodescendiente; esto quiere decir que son 2, 576,213 personas las que forman parte de la comunidad afromexicana.

Que la edad media del afromexicano es 32 años, cifra mayor a la media nacional de 29 años; que el 50.4% son mujeres y el 49.6% son hombres. Y que además, 7.4% habla alguna lengua indígena.

Pero los números del censo también nos brindan información sobre los patrones socioeconómicos en la comunidad afrodescendiente: A qué se dedican, qué educación están recibiendo, cómo les afecta ciertas enfermedades, etc. Son algunos de los datos que se recogen y con los cuales se pueden trabajar políticas públicas que generen igualdad de condiciones para la comunidad afromexicana (con voluntad política, claro). 

Estas cifras también otorgan poder a la misma comunidad, porque a partir de ahora son visibles las experiencias únicas de los afromexicanos y se reconoce que estas experiencia son parte y resultado de su herencia y su cultura; se visibilizan sus aportes culturales y, sobre todo, tienen un lugar específico dentro de la sociedad mexicana.