Enrique Tarrio, líder del grupo neofascista compuesta solo por hombres, condujo de Miami a la capital para participar en una protesta convocada por varios  grupos seguidores de Trump, el mismo día que el congreso se reúne para la cuenta formal y final de los votos del Colegio Electoral, que confirmará la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones de noviembre.

Según fuentes policiales, Tarrio fue detenido al llegar a Washington por las autoridades bajo los cargos de destrucción de propiedad, un delito menor y otros dos cargos por posesión de cargadores de armas de fuego con capacidad extra para balas. 

Recordemos que el pasado 12 de Diciembre, el líder de Proud Boys quemó una bandera del “Black Live Matters” que había tomado de la emblemática iglesia Asbury United Methodist Church.

El también director de la organización de base de “Latinos for Trump”, aceptó este cargo en diciembre en una entrevista que dio al Washington Post , “Lo hice”, afirmó Tarrio y adelantó que de enfrentar a una acusación planeaba declararse culpable y pagar a la iglesia por el coste de la banderola.

El vínculo de Tarrio y los Proud Boys con grupos supremacistas blancos es innegable, aunque frente a la pregunta, el líder siempre es esquivo. Las autoridades no descartan acusarlo por crímenes de odio, sin embargo, Tarrio niega que sus acciones estuvieran motivadas por racismo contra la comunidad afroamericana. Afirma que el movimiento BLM ha “aterrorizado al país” en las protestas del 2020 contra el abuso y brutalidad policial.   

Tarrio, quien se identifica a sí mismo como afrocubano, tal vez estratégicamente para desvincularse de los grupos de supremacía blanca, es dueño de una tienda de camisetas y otros artículos que la ultraderecha usa a manera de provocación. Bajo la bandera de la “libertad de expresión”, vende productos con el mensaje “Pinochet did nothing wrong”, dejando en claro su posición frente a los derechos humanos y su sensibilidad con los afectados.