Otra cara de la quema de libros de Jennine Capó Crucet
Los estudiantes acusan a la escritora cubanoestadounidense de no tener en cuenta la pobreza y la exclusión de las personas blancas en U.S.
“No justifico que algunos chicos quemasen su novela, pero no todos los blancos somos como los Kennedy y eso fue lo que vino a decirnos”, afirma un estudiante de la Universidad del Sur de Georgia (GSU), Graham Swanson, en Youtube.
Swanson, que fue alumno de Capó Crucet en un curso de escritura, criticó a la autora cubanoestadounidense, de quien dijo que tanto su novela ‘Make Your Home Among Strangers’, que los estudiantes de primer año deben leer obligatoriamente, como su discurso sobre el privilegio de raza como el único, no tenía en cuenta la precariedad que padecen las personas jóvenes no racializadas.
“Los chicos que salen de la universidad, no importa si son cubanos o no lo son, no tienen dinero ni trabajo y algunos acaban en la calle”, señala el estudiante, quien acusó a la escritora de comportarse de una forma elitista en sus clases.
Los hechos se produjeron el pasado miércoles, durante la charla que impartió Crucet a los alumnos de primer año de GSU sobre diversidad y su experiencia en la universidad.
Durante el turno de ruegos y preguntas, una estudiante cuestionó la autoridad que tenía la autora para hablar de raza y “privilegio blanco” en el campus y la acusó, como más tarde harían otros, de hacer “un montón de generalizaciones sobre que la mayoría de personas blancas son privilegiadas”, de acuerdo al periódico estudiantil The George-Ann.
Más tarde, Capó Crucet describiría en un artículo los tensos momentos vividos durante y después de la conferencia. Como que había estudiantes que se gritaban entre sí o abandonaban la sala; aunque otros, unos pocos, se quedaron para pedirle disculpas.
Y hete aquí el origen de la polémica: algunos estudiantes se reunieron para quemar ejemplares de su novela “Make Your Home Among Strangers”, que relata su infancia en Miami como estudiante Latinx en una escuela de élite.
so after our FYE book’s author came to my school to talk about it... these people decide to burn her book because “it’s bad and that race is bad to talk about”. white people need to realize that they are the problem and that their privilege is toxic. author is a woman of color. pic.twitter.com/HiX4lGT7Ci
— elaina⭐️ (@elainaaan) October 10, 2019
Capó descubrió la quema de libros por redes sociales, según apuntaba en un artículo, donde aseguró que tuvo que hospedarse en otro lugar a causa de los jóvenes congregados a las puertas de su hotel. No obstante, la universidad ha negado que hubiera existido algún tipo de amenaza o intento de acoso por parte de los estudiantes, ni mucho menos que la hubiera esperado en su hotel.
"Ni la Policía ni el propietario del establecimiento donde se alojó Jennine Capó Crucet, con quien contactamos de inmediato, reportaron ninguna visita indeseada", informó a Al Día News una representante de GSU.
Asimismo, la institución afirmó que no tomaría represalias contras los estudiantes, ya que los amparaba la Primera Enmieda, pero lamentaba lo ocurrido.
El pasado sábado, dos días después de la encendida charla en la universidad, la escritora asistió al Festival de Libros del Sur de Nashville, donde comentó la importancia de que los autores que abordan cuestiones raciales no solo se enfoquen en lo que ocurre a su alrededor, sino que examinen su propio racismo e intolerancia internalizados.
“Agradezco que ocurran en mis clases actos de intolerancia involuntaria, porque es cuando puedo enseñarles algo”, declaró Crucet, quien también es profesora asociada en el Instituto de Estudios Étnicos de la Universidad de Nebraska.
Obreros blancos y desempleados de larga duración que apenas pueden costearse la vida en “el país de las oportunidades”, ese fue el target a quien dirigió Trump la campaña que le dio la victoria electoral.
Un colectivo deprimido y precarizado que se siente el último eslabón de la cadena y deseaban que esa “America First” fuesen ellos. Por supuesto, se equivocan… Aunque no son los peor parados, eso ya lo sabemos.
Si bien género, raza y clase siempre van de la mano, o dicho de otra manera, suele haber más mujeres racializadas que viven en situación de pobreza que blancas, no conviene olvidar que es compromiso del feminismo interseccional y de esa “compasión” y “conversación” de la que Capó Crucet hace alarde tener en cuenta las otras exclusiones posibles y esa intolerancia que muchas veces, como señaló en Nashville, puede ser “involuntaria”, pero que no deja por ello de apuntar con el dedo.
¿Es llana libertad de expresión quemar libros? Desde luego que no.
No obstante, el asunto es más profundo que una simple cuestión de “privilegio blanco” y “hostilidad” estudiantil.
Como minorías sensibles que enfrentan aun hoy marginación y prejuicios, comprender el trasfondo de las acciones y el poder de nuestras palabras es reapropiarnos del discurso de quienes quieren dividirnos.
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