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El politólgo Darío Villamizar durante la presentación de su nuevo libro “Las guerrillas en Colombia” en Barcelona, el 27 de septiembre de 2017. Foto: Casa America Catalunya
El politólgo Darío Villamizar durante la presentación de su nuevo libro “Las guerrillas en Colombia” en Barcelona, el 27 de septiembre de 2017. Foto: Casa America Catalunya

“Si algo está floreciendo ahora en Colombia son las memorias”

El politólogo colombiano Darío Villamizar presenta su libro “Las guerrillas en Colombia” donde cuenta y analiza los casi setenta años de este conflicto…

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Todo el mundo ha oído hablar alguna vez de las FARC, Escobar, las guerrillas y el acuerdo de paz impulsado por el actual presidente del país, Juan Manuel Santos, ganador del Premio Nobel de la Paz el año pasado. Sin embargo, para los no-colombianos, las guerrillas siguen siendo un problema complejo y lejano.  ¿De dónde salen? ¿Por qué luchan? ¿Se mueven por los intereses de cárteles de narcotraficantes o defienden alguna causa política?

En su nuevo libro, “Las Guerrillas en Colombia” (Debate, 2017) el politólogo y escritor colombiano Darío Villamizar hace un repaso completo al surgimiento, desarrollo y proceso final de las organizaciones guerrilleras en Colombia entre 1950 y la actualidad, basándose en un exhaustivo esfuerzo de documentación que le llevó a pasar largas temporadas en EE.UU. 

 “Pasé mucho tiempo investigando documentos desclasificados por el gobierno de EEUU y encontré cosas muy curiosas”, explicó Villamizar en una conferencia en Casa América Barcelona (España) a finales de septiembre. 

Entre las cosas curiosas que investigó Villamizar, asesor en reincorporación de excombatientes en la ONU y miembro de LASA (Latin America Studies Association) se encuentra, por ejemplo, la muerte del sacerdote Camilo Torres, miembro del grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN). En su libro hace un recuento de la vida de Torres, que fue asesinado por el ejército en 1966 y todavía se desconoce el lugar donde fue enterrado. En enero de 2016 el presidente Santos dio instrucciones al ELN para que se inicie el proceso de búsqueda y exhumación de sus restos, en un gesto por acelerar el inicio de los diálogos de paz con el grupo guerrillero.

Para la elaboración del libro, Villamizar contó con la colaboración del prestigioso periodista norteamericano Jon Lee Anderson, experto en movimientos sociales en Latinoamérica y autor de El Che, una vida revolucionaria, la mejor biografía del Che escrita hasta hoy, según Villamizar. Justamente, Villamizar explica que su intención no es solo llevar a cabo un recuento detallado de más de treinta grupos guerrilleros diferentes, sino vincular a las guerrillas con otros movimientos y contextos sociales, tanto en Latinoamérica como en el resto del mundo, desde la Guerra Fría (donde se cocieron) a la influencia de Cuba o Estados Unidos.  

“Siempre he querido contar los hechos para los que no tuvieron oportunidad de conocerlos”, explica Villamizar ante un público que ha venido a escucharle, mayoritariamente estudiantes latinoamericanos en Barcelona.  Según el autor, después de más de 30 años de negociaciones de paz, “si algo está floreciendo ahora en Colombia son las memorias”, añade.  Y destaca dos libros recién publicados sobre este tema: la novela “No hubo fiesta”, escrita por el exalcalde de Medellín, Alonso Salazar, donde el autor relata las historias de sus amigos de la Universidad de Antioquia y cuenta la vida de militantes de guerrillas, en una época marcada por los paramilitares y las Farc. O “Historia (Privada) de la violencia”, de Otty Patiño, que narra la crisis colombiana de mediados del siglo XX con base en entrevistas a los descendientes de sus protagonistas. “Da una visión del país a través de lo que contaban sus padres en las comidas familiares”, explica Villamizar en referencia al libro de Patiño.

Para diferenciarse de otros libros sobre guerrillas publicados hasta hoy, Villamizar dice que “intentó recoger una versión más completa”, desde el origen de las guerrillas hasta la culminación del proceso de paz, en noviembre del año pasado.  

Después de analizar a más de 420 grupos guerrilleros en todo el continente, ¿por qué Colombia ha sido el último país en acabar con las guerrillas?, le preguntaron a Villamizar en una entrevista reciente con el diario español ABC. 

Hay determinados factores, uno de ellos es el geográfico, respondió el autor. “Colombia es un país complejo de regiones, montaña, selva, con dos costas, con una entrada muy fácil hacia el norte del continente por Panamá. Un grupo en la selva es indetectable”, dijo. 

 Por otro lado, Villamizar insiste en destacar en las formas económicas que utilizaban para subsistir, todas ellas ilegales: “Chantaje, secuestro, minería ilegal, tráfico de especies o de maderas, narcotráfico... Economías ilegales que generaban unas rentas a las que tenía acceso la guerrilla en distintas dimensiones. No necesariamente constituían el gran cártel de la cocaína, pero en ciertos eslabones de esa cadena podrían estar o participaron algunos grupos armados”, detalló al diario ABC. 

Ahora, casi un año después de la firma de la paz, “una de las cosas que más me preocupa de Colombia es el cumplimento del acuerdo”, confesó Villamizar en Barcelona. 

En primer lugar, porque el presidente Santos tiene una oposición bastante fuerte dentro del Congreso, tiene una oposición de partidos y expresidentes que permanentemente le están criticando, comentó al diario ABC. 

Pero, según el reputado politólogo, los dos puntos que generarán más dificultadas a la hora de implementar el acuerdo de paz una vez finalizado el proceso de desarme son, en primer lugar, la transición de la guerrilla a fuerza política, y en segundo lugar, la reintegración social de los guerrilleros.

“Hay que ubicar a las FARC como un partido político, no solo como un cartel”, insistió. “Que después su propuesta política sea atractiva ya es cosa suya, pero al menos tienen las herramientas”. Este reto será especialmente complejo para el ELN, ya que tiene una “identidad cultural muy particular, funcionan en consenso, mediante la consulta... cualquier estructura de decisión vertical de partido les romperá”.

El segundo reto, conseguir que los guerrilleros vuelvan a integrarse en la vida civil, es aún más complicado. “El excombatiente ha de tener claro que podrá integrarse en la sociedad y tener dinero para alimentar a sus familias, sino volverá a las armas”, dijo. 

 Y eso es muy difícil, porque la sociedad colombiana –la comunidad– no está preparada para garantizar esta reintegración. “Van a encontrarse con un país polarizado, donde el ciudadano corriente los rechaza”, opinó. Y excluir a los excombatientes sería un grave error. “Lo ideal es acogerlos de la mejor manera y que puedan expresarse”, concluyó.