Una larga odisea con final feliz. Así ha terminado la aventura de Dachelys Valdés Moreno y Hope Bastian, ambas residentes en Cuba y mamás de un niño llamado Paulo. Un niño tan deseado que en su esfuerzo por tenerlo y reconocerlo legalmente como hijo suyo, tuvieron que abandonar la isla y marcharse a Florida, donde se sometieron a un servicio de reproducción asistida y más tarde trataron de inscribirlo en el registro civil cubano. 

Un proceso lento, tedioso y plagado de obstáculos cuyo éxito ha marcado un hito en la lucha por los derechos de las parejas LGBTI en Cuba.

El pasado jueves, el Ministerio de Justicia cubano finalmente emitió el certificado de nacimiento de Paulo, nacido fuera de Cuba tras darse cuenta Hope y Dachelys, cubana y norteamericana respectivamente, que una pareja gay contaba con poco o ningún derecho dentro del país y que sólo podrían hacerlo efectivo fuera, en Estados Unidos, para seguir batallando con la embajada de Cuba por cauces legales hasta que las leyes se volvieron a su favor. 

El trámite habría sido relativamente sencillo si Cuba contemplase legalmente el matrimonio igualitario, algo que se discutirá el próximo año 2021 durante la actualización del nuevo Código de Familia. Sin embargo, este paso parece allanar el camino a un reconocimiento del matrimonio gay, después de que fuese eliminado el artículo que habría la puerta a su legalización en el borrador final de la nueva Constitución cubana. 

El Ministerio de Justicia de Cuba sigue sin reconocer el enlace entre ambas mujeres, pero dictaminó que en lugar de “madre y padre” figurase un pequeño pero trascendetal cambio nominativo, “madre y madre”, tal cual aparece en la inscripción de nacimiento original de Paulo, emitida en el hospital de Florida donde nació.  

“Según el dictamen, la filiación es un elemento jurídico basado en la biología y nuestras leyes no reconocen a un hijo de dos madres, pero al mismo tiempo admitía que la Ley de Registro Civil cubana data de hace más de 30 años por lo que no está acorde a las dinámicas familiares actuales”, explicó Dachelys, aunque el ministerio todavía no les ha entregado el dictamen oficialmente, según Q de Cuir. 

El certificado de nacimiento establece que “la inscripción se practica en virtud de ambas madres al tratarse de un caso de doble maternidad, con apoyatura legal en el artículo 7 de la Constitución de la República de Cuba que reconoce además el derecho a formar una familia, cualquiera que sea su forma de organización y vela por el interés superior del niño y su derecho a ser inscrito”, explicó Dachelys.

El Ministerio de Justicia ya había resuelto antes a través de dictámenes situaciones donde no había una legislación específica, como los primeros cambios de nombre de las personas trans en la isla a finales de los 90. 

“Es un paso muy importante porque es la primera vez que el Estado cubano reconoce que puede haber niños con dos mamás. Hoy el Estado reconoce que las familias cubanas tienen muchas formas diferentes de configurarse, que son legítimas y legales”, declaró Hope, madre cubana del pequeño Paulo. 

La familia regresará a Cuba y su caso, sin duda, marcará un precedente.