Forbes y su lista de Mujeres Americanas con Mayor Self-Made Riqueza: ¿existirá una lista de Hombres con Mayor 'Self-Made' wealth también?
Le pregunté a Google sobre los Hombres con Mayor Riqueza Propia y me respondió con otra pregunta: “¿quisiste decir ‘mujeres’?” Básicamente, insinuando que el…
Pareciera un triunfo el escuchar hablar de una lista que celebra a las Mujeres Americanas con Mayor Self-Made Riqueza del 2019. Mujeres poderosas como Serena Williams, Taylor Swift y Diane Hendricks –co-fundadora y presidenta de ABC Supply– lograron entrar en el corte.
Pero, de alguna manera, pareciera más bien una lista que reconoce a las mujeres que han logrado llegar a la cima con una etiqueta gigante en sus frentes: ‘self-made.’ Una etiqueta que los hombres no reciben por hacer las mismas cosas que las mujeres han hecho para trepar la montaña del éxito.
Hoy en día, ser mujer es un logro: el convertirnos en empresarias, siendo independientes, acumulando millones de dólares con nuestros talentos y capacidades tiene a la gente volteando a vernos, como si semejante éxito fuese inimaginable, imposible.
El concepto de la mujer exitosa no es nuevo; y aún así, ha sido a través las dinámicas de la era moderna que las mujeres han podido ganar suficiente fuerza como para ser reconocidas de tal manera, sin condescendencia.
De hecho, no fue hasta en las últimas décadas que las mujeres empezamos a adueñarnos del poder y la influencia que tenemos sobre el mundo, como colectivo. La razón es simple: todavía había mucho estigma con respecto a las mujeres en posiciones de poder, y al origen de ese poder.
Evidentemente, dejar el miedo atrás y alzar nuestras voces en defensa propia han sido ingredientes claves para que las mujeres subamos la apuesta en el mundo de los negocios y nos apoderemos de lo que parecía territorio perdido.
Sí, es necesario permitirle a las mujeres ocupar el mismo espacio que los hombres en temas de negocios y emprendimiento; pero no, no está bien cuando se hace de manera que parezca la excepción y no la regla.
Las mujeres llegaron para quedarse, y llegaron también para desmitificar las viejas narrativas sobre-evaluadas de los hombres como gobernantes, como jefes supremos, como los únicos capaces posibles.
Y esto no significa que las mujeres pretendan enviar a todos los hombres a cocinar a casa; aunque, después de tantos años de mandato patriarcal, no estaría tan mala la idea. Esto lo que significa es que las mujeres, finalmente, se cansaron de recibir sobras por lástima.
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Así que sí, vamos a honrar y aplaudir a las 80 mujeres que lograron entrar a la lista Forbes de este año; pero vamos a hacerlo por lo duro que trabajaron, por lo mucho que sacrificaron y por los innumerables días y noches en los que se acostaron tarde para quedarse construyendo sus sueños.
Vamos a crear titulares y a hacer alboroto porque ellas reclamaron lo que era suyo con sudor, pasión y dedicación; no porque lo hicieron por su propia cuenta, insinuando que lo hicieron sin ayuda de un hombre o su capital.
Estás 80 mujeres son dignas de todo despliegue publicitario empresarial porque se lo ganaron. Ahora, permítenos presentarte a algunas de ellas:
Diane Hendricks, a quien mencionamos anteriormente, ocupó el primer lugar de la lista con un valor neto de $7 billones [más de $2.1 billones por encima del año anterior].
Meg Whitman –CEO del startup de video Quibi– incrementó su fortuna a $3.8 billones este último año, destronando del segundo puesto a Marian Ilitch –de la cadena de pizzerías Little Caesars– quien bajó al tercer lugar de la lista con $3.7 billones.
Completando el top 5, tenemos a Judy Faulkner, de Epic Systems, con un valor total de $3.6 billones, y a Thai Lee –dueña de SHI, proveedor de IT– con $3 billones. Son muchos billones de dólares reunidos por mujeres empoderadas.
Entre las otras mujeres que entraron a la lista podemos mencionar a Oprah Winfrey, Rihanna, Madonna, Donna Karan y Ellen Degeneres. Todas ellas mujeres empresarias muy poderosas y francas que han pavimentado, sin remordimientos, el camino del éxito para las empresarias por venir.
Y con suerte, para las que están en camino, la etiqueta ‘self-made’ habrá desaparecido. Porque sí, será aceptada como tan obvia como lo ha sido para los hombres.
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