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Black Santa y Latin Jesus. Fotografía: Black Santa Wallpaper
Black Santa y Latin Jesus. Fotografía: Black Santa Wallpaper

Más muestras de iconos navideños latinos y afroamericanos

Black Santa y Latin Jesus han vuelto por Navidad. ¿Acaso importa el color de piel de la iconografía festiva y religiosa?

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Algunos han crecido con retratos de Jesús con rasgos latinos en su cuarto y otras personas se han acostumbrado tanto al Cristo caucásico que casi les parece raro o hasta herético. Son los mismos que parecen ofendidos con las imágenes navideñas de Santa Claus con rasgos afroamericano y velozmente claman sobre su origen europeo. ¿Qué hay de cierto en todo este debate?

Las opiniones, que asoman en ocasiones cíclicamente en las redes, afloraban de nuevo con un artículo de Rusell Contreras en el que recopilaba muestras de familias americanas e inglesas con iconos navideños de diversos colores de piel, tanto muestras en las redes sociales como en anuncios de televisión. Todo ello ligado, claro está, a un año profundamente marcado por Black Lives Matter y la lucha contra el racismo.

Algunas de dichas muestras están recopiladas en Black Santa Directory, fundado por Vivian Walker. Otras incluyen adornos de natividad latinos hechos en Jemez (Nuevo México) o un pesebre de metodistas de Claremont (California) con el escenario de Black Lives Matter como fondo temático.

Los hechos tras el debate son que, en primer lugar, motivan positivamente a todos los niños y niñas por igual y en segundo que resultan aceptados por las propias comunidades religiosas que los emplean.

Pero más importante todavía es que señalan hasta que punto ya estaban previamente adornado los iconos anteriores. Santa Claus es una versión pop tras años de anuncios de San Nicolás, quien sí sabemos a ciencia cierta que era un griego que vivía en Turquía.

Jesús era un judío palestino y no sólo señalan varios estudios su tonalidad oscura sino que varios pensadores y filósofos se han preocupado en demostrar en las últimas décadas hasta que punto ha sido re-inscrita su corporalidad.

Por ejemplo, el filósofo iraní Reza Negerestani señalaba en sus escritos como griegos y romanos, culturas con betarrea -obsesión por el sonido b-, separan por oposición a los bárbaros de sus propios idiomas por ser capaces de suprimir el mecanismo lineal pulmónico egresivo y fusionar gran cantidad de sonidos en la letra b, detalle que transformaría su rostro y sus mandíbulas. Jesús hablaba arameo pero lo primero que hicieron los romanos fue difuminar su estética facial para similar que hubiera pasado por el inflexible proceso de vocalización y de articulación lineal de las consonantes del latín.

Dicho ejemplo pretende mostrar que no es en absoluto un debate de rigor histórico el asunto de los iconos de diversos colores de piel sino más bien un claro ejemplo de hegemonía cultural que debería ser triturado a favor de la diversidad y los intereses de la espiritualidad de cada comunidad.