Un migrante hondureño regala comida a familias hispanas afectadas por el Covid-19
Cada día el restaurante Las Carnitas, propiedad del hondureño Tony Baday, regala 150 almuerzos gratuitos a familias con hijos en el sur de Florida.
Casi la mitad de los latinos residentes en Estados Unidos ha perdido su empleo desde que la pandemia de Covid-19 empezó a azotar el país.
En un contexto crítico, algunos pequeños empresarios y emprendedores hispanos se están revelando como vórtices de unión de la comunidad que más está sufriendo los golpes económicos y sanitarios del virus junto a la afroamericana.
En Miami, donde se han producido ya 7.459 contagios, el propietario de un restaurante latino se ha responsabilizado del duro momento que están pasando sus compatriotas y ha decidido actuar.
Hace un mes, Tony Baday, dueño de Las Carnitas, se ofreció a alimentar gratuitamente a niños de familias hispanas afectadas por la crisis.
“Soy padre y vivo aquí hace 21 años y sé que, al estar cerradas las escuelas muchos niños se quedan sin el desayuno y el almuerzo”, dice Tony, quien también explica cómo al inicio “venía gente con niños, pedían trabajo o comida, o me preguntaban cuál era la comida más barata”.
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Baday llegó a los Estados Unidos desde Honduras y sus comienzos, como los de cualquier migrante, no fueron fáciles. Conoce de primera mano lo que se siente cuando apenas le alcanza a uno para vivir.
“Me tocó lavar platos, recoger basura, no tener teléfono o tomar el autobús, dormir en el piso… Igual que a todos”, dice.
A Las Carnitas acuden familias como las de Emilio Fortín, que trabaja de forma intermitente como obrero en la construcción y está muy angustiado por el futuro de sus hijos en un momento tan incierto. También Melissa Belis, conductora de autobús desempleada, que tiene tres niños y cuida de dos más, y a quien los almuerzos gratuitos de Tony Baday la han sacado de un gran apuro y se siente muy agradecida por el apoyo.
“La mayoría de madres y padres latinos tienen empleos informales; muchas mujeres limpian casas o trabajan en construcción al igual que sus esposos, o trabajan en restaurantes, así que tienen que dejar a sus hijos solos o con la vecina. Algunas mujeres que llegan con 8 niños a llevar la comida me dicen que sus papás están trabajando y ella les está haciendo el favor de cuidarlos”.
Si bien los primeros días el restaurante solamente repartía unas cuarenta comidas, ahora ya sirve sin ningún coste unos 150 almuerzos a familias hispanas afectadas por la crisis generada por el coronavirus.
Además, Tony ofrece los menús habituales a sus clientes que sí pueden costearlos y es gracias a ellos que puede seguir poniendo Las Carnitas al servicio de su comunidad.
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